El Clima en Santiago del Estero

12/7/24

Aires de familia


Hay olor a infancia en el aire, junio, algo parecido a la piedad se enrosca entre las colchas. Para impedir que se enchuie el alma exclamo abrupta- mente y en silencio: deja esos pliegues así, no me molesta ese desorden en las sábanas.

Hace rato que he llegado a casa con lluvia finita, todo, absolutamente todo es finito y todo es infinito, la pava que está asentada como una torcaza gris y tiesa sobre la hornalla de la Orbis también es finita ę infinita, el cuadro de Ángel Garay en la pared del comedor también, pero lo lindo es que sigue lloviendo finito, caricias que derrama el cielo para empezar nuevamente a vivir.

Voy a la cocina, destapo (descorcho decía mi padre) una botella de vino tinto y me quedo con la mitad del tirabuzón en la mano, la otra mitad queda clavada en el corcho, así nomás, ningún tirabuzón dura para siempre pero todos los tirabuzones son míos, así nomás. 

Pongo música, Alberto Leguizamón en stéreo, no es lo mismo una costeleta en silencio que una costeleta con música. Miro el jardín a través de los vidrios del amplio ventanal y desde una rama inexistente de una morera real paso a divisar una hermosa mujer, recostada, con una estrella federal en su garganta, salto muy audazmente de la rama sobre su cabellera rubia y le deposito una caricia.

Menos mal que por lo menos no se ve ni una sola cucaracha en la cocina, tenían razón cuando me supieron decir que en el invierno se van las cucarachas. Puedo comer en paz.

Afuera cae la noche que sueña un optimismo común.

Jorge Rosenberg, "La Verdadera". Junio del año 4, Santiago del Estero. Gentileza Omar Estanciero

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