Por Aldo Bravo
Eran jóvenes sin apuro, vivían las horas sin prisa. El tiempo no es oro, es lo único que nos pertenece desde que llegamos a este mundo. Podemos hacer con él lo que realmente nos haga felices. Así transcurría la vida para aquellos pibes que jugaban al fútbol porque lo amaban, tanto como a la camiseta del barrio que defendían. Eran carasucias, desenfadados, amateurs en todo el sentido de la palabra.
De pronto la
idea de un dirigente como Valentín Suárez, interventor del gobierno de facto de
Onganía en la AFA, dio nacimiento a un torneo inédito hasta este momento. Y
Central tuvo la fortuna de ser uno de los cuatro privilegiados equipos del interior
del país en clasificar para esa incipiente competencia. Entonces, aquellos
pibes tuvieron que verse las caras con tipos profesionales que vestían las
famosas casacas de River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo, entre
otros clubes.
Y justo el debut fue contra los millonarios
de Núñez! Primero y único partido disputado por el añatuyense Gino Pereyra, uno
de los refuerzos que llegaron para consolidar la plantilla de los ferroviarios.
Curiosidad total lo que pasó con Gino aquella tarde primaveral del debut.
Mientras
todos esperábamos ver al grandioso Amadeo Carrizo, apareció como titular en el
arco riverplatense el excéntrico Hugo Gatti. Eran tiempos de beatlemanía y el
Loco se había dejado una melena al estilo Lennon. Usaba bermudas en lugar de
pantalones cortos y una boina para el sol…
Había
arrancado el Segundo Tiempo de un partido parejo; el cotejo estaba igualado en
cero cuando el Diez más exquisito que vi en Santiago, Manuel Rojas, habilitó al
wing Jorge Ayunta, quien sin demorar metió un centro rasante al medio del área
y allí apareció Gino para empujarla a la red ante la salida a destiempo de
Gatti… GOOOOOOOL! El estadio pareció caerse entero dentro del campo de juego,
pero una vez recobrada la calma se observa al árbitro Coerezza dialogar con el
juez de línea de la defensa millonaria, levantar su brazo izquierdo y cobrar
tiro indirecto a favor de River. Una desazón inmensa invadió a las más de siete
mil almas presentes en el Oeste. Por supuesto, no eran años de VAR y esas
yerbas!
Cuál fue la
venganza del 9 centralista, cuyo nombre hubiera quedado en la historia por
marcar el primer gol de Central en Primera División? En la primera oportunidad
que tuvo, agarró la boina de Gatti -estaba al lado de uno de los postes- y se
la arrojó al público que estaba detrás de ese arco, el de la Pedro León Gallo!
El Loco lo quería comer vivo al de los pagos de Homero…
Quería
recordar ese gol tan gritado y no convalidado por un árbitro que, a partir de
allí, fue declarado Enemigo Público Nº 1 por la grey ferroviaria. Al mismo
tiempo, rendir un justo homenaje a Gino Pereyra, quien por razones laborales no
volvió a ponerse la camiseta en el resto del Campeonato.
Aún se oye
el eco en el estadio del Oeste la rechifla que le propinaron a Coerezza, cuando
regresó en diciembre para dirigir el partido frente al Campeón del Mundo de ese
año, la Academia Racing Club…
Abril 2021
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