El Clima en Santiago del Estero

4/12/14

Cuando Santiago solo hablaba de basquet

Por Roberto Vozza


Durante una semana, Santiago del Estero fue básquetbol a la mañana, básquetbol a la tarde y básquetbol a la noche. ElCampeonato Argea, ntino de 1968 significó la fiesta popular más grande del Siglo 20 vivida allí. Nunca un acontecimiento tuvo tanto calor popular en la “Madre de Ciudades” como el que provocó esa conquista. Emoción. Pasión. Compromiso. Todos se asociaron al evento que convocó a miles de argentinos. Lo mejor del básquetbol nacional estuvo en ese marzo de 1968, desde el viernes 8 al sábado 16.

Terminó como debía: el cuarto título argentino para Santiago del Estero, festejo y un final anhelado por miles de santiagueños que, durante una semana, vivieron, respiraron y sufrieron de básquetbol como tal vez nunca soñaron.

Todo terminó como muchos querían. Porque armar un operativo con más de seis meses de antelación sólo puede hacerlo gente que estaba confiada en que se podía alcanzar, por lo menos, el éxito organizativo porque lo deportivo era más complicado: en esa época había varios candidatos para ganar en cualquier parte.

En realidad, lo único que había en Santiago del Estero era jugadores y tres estadios para subsedes. Después, nada. O casi nada. Pocos hoteles, ausencia de estadio central, un cuerpo técnico inconsistente para semejante empresa. En definitiva, había que hacer todo para aspirar al éxito. Para colmo, el gobierno no confió en la dirigencia del básquetbol local para organizar el torneo. Se eligió entonces a dirigentes de prestigio del fútbol para integrar la Federación Santiagueña de Básquetbol como el doctor Juan Rafael en la presidencia, el doctor Antonio Robin Zaiek, el arquitecto Néstor Cáceres y los señores Alberto Mdalel, Amado Tomás Chamorro y Nicolás Argañaraz.

Valiente decisión. La primera y valiente decisión fue elegir como director técnico a don Casimiro José González Trilla. La otra resolución fue levantar un estadio central, en una margen del río Dulce, debajo de la avenida Costanera, entre avenida Rivadavia y calle Salta.

González Trilla se puso a trabajar con la seriedad que lo distinguía. La parte deportiva estaba cubierta, pero la organizativa debía enfrentar muchos inconvenientes. A la falta de alojamiento confortable para los participantes se la suplió con la habilitación de una “villa olímpica” en La Dársena. Se limpió el sector de habitaciones y se amuebló. Se habilitó un comedor.

El plantel se concentró en el club Sirio Libanés de La Banda y se eligió la cancha del Regimiento 18 para entrenar. “Paco” Barrientos, Luis Chipolina, Ricardo Gerez y Alberto Paradelo colaboraron con don Casimiro. Desde que comenzó la preparación jugó 14 partidos y 8 durante el torneo. Permaneció invicto. Fue un equipo hecho para ganar.

Muy cerca del comienzo del torneo, unas inundaciones amenazaron la estructura de las tribunas del estadio central. Finalmente, todo salió bien y quedó en condiciones para inaugurar el 8 de marzo este 35º Campeonato Argentino de Básquetbol “Torneo de la Hermandad”, como se lo denominó.
Los elegidos. Don Casimiro sabía dónde estaba parado y nada podía sorprenderlo. Había adelantado que, por la baja estatura del plantel, realizaría un juego veloz con defensas agresivas, especialmente en la media cancha. Por eso, cuando se complicaba el juego, salía el “Negro” Flores a la pista por el “Amo” Tulli, que marcaba menos y era más lento para el traslado.

De todos modos, ya conocía a casi todos los que iban a integrar el equipo. Es que sólo había un debutante: Ramón Jorge. Los otros, todos, ya habían jugado aunque sea una vez en los Argentinos, como Fernando Najarro, Esteban Demasi y Roberto Carrera. Los más consagrados ya tenían varios campeonatos encima. Alfredo Tulli y Carlos “Inqui” Ríos debutaron en los Argentinos en 1957 (Bahía Blanca), Gustavo Chazarreta, hijo, en 1958 (Santa Fe), Benjamín Arce en 1959 (Neuquén), José Flores en 1962 (Posadas), José “Quebracho” Torres en 1963 (Mendoza), Roberto Villalba en 1964 (Salta) y Horacio Goytía en 1965 (San Juan).

Había capacidad en el plantel. Sólo se necesitaba armonizarlo y encontrarle la química que le permitiera amalgamar la experiencia con la juventud, porque la mentalidad ganadora estaba instalada en los jugadores.

¡Qué nenes! Enfrente había mucha calidad y experiencia. Buenos Aires, el cuco del momento, echaba miedo con “Beto” Cabrera, “Lito” Fruet y “Polo” De Lizaso, y venía de ganar las dos últimas ediciones. Capital Federal mostraba a “Puchi” Mariani, al “Loco” Ibáñez, Dante Masolini y al “Nene” Delguy. Santa Fe oponía al “Húngaro” Crespi, Ricardo Giunta, al “Alemán” von der Thusen, Alfredo Monachesi y Carlos Candussi.Córdoba se fortalecía con Marcelo Farías, Samuel Oliva, el “Tony” Tozzi, Juan Guzmán y el “Zurdo López.Entre Ríos alistaba a Luis Zoff, Mario Cipriani y al “Muñeco” Mencía. Chaco tenía a Carlos Lutringer, Jorge Mac Donald, Oscar Valussi y Osvaldo Carlen.

Pero los ojos estaban puestos en Santiago del Estero y Provincia Buenos Aires. Santiago tenía equipo, pero ‘no mojaba’ desde 1962. El título se le escapó en Salta, San Juan y Jujuy, habiéndose clasificado finalista en 1964 y 1965. La oportunidad era ésta. No había otra.

Así fue. Noche a noche y emoción tras emoción. El equipo respondía con juego y temple al clamor popularde un público embriagado de triunfos. Se sucedieron ocho jornadas victoriosas. En la zona “B” de la rueda preliminar: 91-81 a Corrientes (sábado 9), 120-48 a Río Negro (domingo 10), 51-49 a Provincia de Buenos Aires (lunes 11) y 85-78 a Formosa (martes 12). En la zona “B” de la rueda de clasificación: 73-64 a Tucumán (miércoles 13), 59-54 a Santa Fe (jueves 14) y 79-63 a Capital Federal (viernes 15). En la final: 76-75 a Provincia de Buenos Aires en tiempo suplementario (sábado 16).

Después de los partidos venía la cena y la sobremesa hasta la madrugada. En la peña de la Costanera, en El Gaucho o en el Centro de Viajantes. Al otro día, a trabajar y esperar la hora de ir a la cancha otra vez. Pero, ¿de qué se hablaba? De básquetbol. Todo básquetbol. Un título de Piri García en “El Gráfico” resultó bien demostrativo: “En Santiago hace más básquet que calor…”
El día de la final fue realmente increíble. Digno de una película. A las dos y media de la tarde la gente tomó por asalto el estadio con su boleto en la mano. Repárese que la final estaba prevista para comenzar a las doce de la noche…

El doble de “Dupla” Carrera, decisivo para ganar, quedó en la historia, como la conquista de los “Peloduros” del fútbol de 1928, como la avivada de Ernesto Palazzi en la final de Posadas 1962 contra los cordobeses, o como las hazañas del mítico “Chafa” Lledó a través de la historia.
Cuando volvíamos a la Redacción después del partido, una suave llovizna caía sobre Santiago, mientras la gente paseaba por el centro de la ciudad avisándole a todo el país que otro campeón había nacido en estas tierras. Esta vivencia se publicó en “El Gráfico”: “Cuando nosotros ya estemos otra vez en lo nuestro, lejos de esta provincia que nos confundió como nacidos en su tierra, seguiremos hablando de todo esto… Porque es interminable”. Fuente: FBK Patio Santiagueño

Foto: Gonzalez Trilla da indicaciones,  escuhan el "Dupla" Carrera, Tulli, "Benja" Arce, "Chiquito" Villalba y "Quebracho" Torres.

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