Su aparición es
siempre insólita. Con sus gritos, que asemejan a los golpes del hacha, atrae
para perder al “hachero o melero”,
que se aleja de sus semejantes. Y solo quien no conozca la existencia del sacháyoj
le toma por un hombre y se va hacia él. Pero ¡guay! De aquel que se osa
contestar sus gritos o seguirle en los recovecos de la selva: ¡su perdición es
segura! Así lo afirman los que le oyeron, llenos de temor y de angustia (XX).
Semejante a esta
leyenda existe una deidad indígena que se llama Sacha mama o madre del bosque,
y su origen seria el eco del ruido que las hachas producen en el monte.
Un día -refiere
don Gabino Ledesma, de Villa Matara- el sacháyoj le grito a un melero que
llevaba perros para hacer cazar. Atemorizado, se quedó. Pero los perros se
metieron al monte, ladrando. Al poco tiempo, uno de ellos regreso aullando
lastimeramente, como perseguido por alguien, sin embargo su dueño no pudo ver.
Del otro perro no supo nunca más. “dejuro
lo llevaría el sacháyoj” (CLV).
Esta figuración
mítica del numen tutelar del bosque, es una moral ejemplarizadora. Tiende,
seguramente, a evitar la destrucción del árbol y de los productos de la selva.
XX Andronico Gil
Rojas: Tacíoj, Dto. Copo
CLV Gabino
Ledesma: Villa Matará, dto. Sarmiento
Extraído del
libro “El Folklore de Santiago del Estero” Orestes Di Lullo
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