"El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma." - Beretolt Brecht -
18/8/08
La leyenda del tero
Eran dos hermanos que disfrutaban de una gran vida, pues su padre había hecho una gran fortuna trabajando en el campo y luego había tenido suerte con todos los negocios emprendidos.
Un día, el padre se enfermó gravemente y murió, dejándoles por herencia aquella gran fortuna.
Pasado el tiempo de luto, tomaron posesión de todo los bienes y se dispusieron a disfrutarlos. Los amigos se hicieron innumerables y los gastos aumentaron sin medida.
Llegó el momento, en que para hacer frente a ese tren de vida tuvieron que empezar a vender los bienes, hasta que fue a parar a manos extrañas la última propiedad que les quedaba por herencia.
La desesperación llegó a sus ánimos cuando conocieron la pobreza en que se encontraban. No hallando remedio a la miseria que los perseguía, se fueron al campo para ocultarse y sin que nadie los viese, se pusieron a llorar desesperadamente, hasta quedarse dormidos.
Cuando despertaron habían cambiado de aspecto, eran aves de tamaño pequeño que, conservando su elegancia anterior, huían de la gente, pero aún conservaban su pasado esplendor, la corbata y la pechera de la camisa y para demostrar su rango, el copete, que Dios quiso dejarles.
Como prueba de su arrepentimiento, les quedó un círculo rojo alrededor de sus ojos, huella visible de su amargo llanto causado por tan mal comportamiento.
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