Por Roberto Vozza / publicado por Patio Santiagueño II
Fue un personaje que mezcló su aire aristocrático con lo popular. Protagonista de cientos de anécdotas muy originales y graciosas donde lo grotesco tenía ese aire especial culturoso que provenía de su origen familiar.
El mismo se autocaratuló como el "Marques de
Cantarranas" por cuanto nació y vivió siempre en su casa paterna de la
calle San Martín, en la vecindad del club de sus amores: Central Córdoba: el
club que nació en el primitivo nombre de "Cantarranas" y que tuvo su
personalidad y definición vecinal. Pucho fue siempre soltero. Se desempeño como
celador en la Escuela de Agricultura y Ganadería de la Unse, en El Zanjón,
donde ejerció una suerte de paternidad para con los muchachos que se alojaban
allí por los estudios. Me contó precisamente un ex - alumno que ejercía cierto
rigor en la atención de ellos durante los días de semana. Los controlaba, pero
también les daba sus momentos de esparcimiento. Los viernes al atardecer,
cuando volvía a su casa "Pucho" comenzaba con la ronda de libaciones
que perduraban hasta el domingo. Mientras mostró su inclinación por la bebida
" tomemos una cerveza para estimular el jugo gástrico", decía, sus
ocasiones acompañantes lo disfrutaban hasta que el alcohol mostraba sus huellas
profundas y lo dejaban abandonado en la calle a su buena suerte. Con el paso de
los años, se alejó del vicio y perdió buena parte de sus finas ocurrencias que
lo convirtieron en personaje. En Central Córdoba , al pie de la tribuna popular
y asumiendo poses doctorales, arengaba a la hinchada que le tenía un enorme
respeto. Después del partido, se organizaba con parte de esa concurrencia local
para entregarse a la distracción en algún boliche.
Luis Ambrosio Salvatierra fue su nombre. Escribir sus
anécdotas ameritarían una suerte de libro. Tuvo muchos amigos que concurrían al
igual que él al Jockey Club o al Centro de Viajantes. Cuando entró en años
resultó de estos una suerte de protegido. Renegó siempre con la cultura del
populacho. Y lo manifestaba diciéndoles "negros"!, pero nunca le
perdieron el respeto ni causaba enojos. Fue un símbolo. Cerca de cumplir 90
años tuvo un accidente callejero que le costó la fractura de cadera. Estuvo
internado bajo celosos cuidados de esos amigos que tanto lo querían, Cuando
llegó el momento de retirarse de la clínica y continuar el proceso de rehabilitación
en su hogar, le advirtieron que debía internarse en un geriátrico a lo que él enfáticamente
dijo... "pero medio pupilo ehhh?". En ese lapso sufrió una
descompensación que lo llevó a la muerte. "Pucho" dejó su sello.
Inolvidable.
Fotos de Marcelo Augusto Argañaraz,
EL MARQUES DE CANTARRANAS:
Adobadito el niño
viene orillando por la
ciudad
con su pasito al trote
viene buscando con
quien tomar
y por la esquina de
sus amores
pasan las barras para
Central
y te vuelves para el
oeste
allá¡ la fiesta va a
comenzar.
Marques de Canta Rana
la barra brava te
saluda
jueguen, jueguen mis
negros
se viene abajo la
popular.
Y en la estirpe de tu
figura
macha segura vas a
encontrar
y al piropo de tu
ironía
va la alegría para
ganar.
Don Luis Ambrosio
gritan de allá
cállese negro que
estoy acá
canten todos siga la
fiesta
jueguen muchachos viva
Central.
Por el Zanjón lo han
visto
sembrando rosas al
rosedal
nada más que un
domingo
cuando las palmas hay
que golpear
no me apuren no sirvan
mucho
se escucha a Pucho
decir nomas
al vinito por mas
mansito
cuando lo apuras te va
a machar.
En la platea se siente
cuando entra el duende
para alentar
bailen, bailen mis
negros
flores y aromas quiero
ofrendar
a la hinchada la mas
sufrida
la mas querida les
digo ya
griten mucho que los
escucho
que viva Pucho y viva
Central.
Miguel Brevetta Rodriguez
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