El Clima en Santiago del Estero

8/3/23

Hace 25 Años Cuando Escribí La "Glosa de los Humildes"

 Por Ramon Carrillo



EL LIBERAL cumple ahora en 1948 cincuenta años de vida. El acontecimiento es un símbolo y un estímulo; un símbolo de ese periodismo, ab- negado y heroico de nuestros pueblos del interior y un estímulo para los hombres con alma de periodistas vocacionales que siguen luchando por engrandecer sus organizaciones y consolidar la noble función social y cultural de la prensa del interior. Quiero rendir el homenaje de mis recuerdos más caros a esa prensa, aun- que no se si EL LIBERAL figura actualmente entre la prensa grande o la chica, pero es indudable que es grande por su tradición y por los hombres que lo crearon y terminaron por transformarlo en una institución de Santiago. La prensa del interior se construye amontonando sacrificios con perseverancia y entusiasmo, en lucha cotidiana con las dificultades y la pobreza, batallando con los inconvenientes técnicos y también políticos. Por eso es la gran escuela en donde se han formado hombres que luego triunfaron en las actividades intelectuales más diversas, en la política, la función pública, el arte, la ciencia, la literatura o la cátedra universitaria; de esa escuela, egresaron los más grandes periodistas del país, y en cierta manera, de esa escuela de periodismo "hecho a pulmón" recluta sus mejores elementos la gran prensa de la Capital Federal.

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Allá por el año 1921, siendo estudiantes de 2º año del Colegio Nacional, resolvimos sacar un periódico, con carácter de semanario y el que estas líneas escribe se designó a sí mismo di- rector de "El Metido", que salió primero manuscrito y sin más lectores que los alumnos del curso; pero luego, con la colaboración de Miguel Ángel Figueroa, (a) "el loco Figueroa", muchacho talentoso y vivaz, la empresa resolvió salir en letra de imprenta, y aumentar su tiraje, utilizando por supuesto que a escondidas de don Juan Figueroa y de don Ruperto- los elementos de EL LIBERAL, clandestina- mente puestos a nuestro servicio por el "loco Figueroa" y, el cual, como hijo del dueño del diario, tenía entrada libre a los talleres Allí nos pasamos muchas noches "componiendo" a mano nuestro diario. Hacía la vista gorda el regente, cuyo nombre no re- cuerdo, pero que le respondía fielmente al "loco Figueroa". El periódico salió hasta con un folletín policial, de una novela complicada e interminable, a la cual el suscripto no le encontraba desenlace adecuado.

Apenas "en la calle" el primer número, a raíz de una serie de consideraciones un poco venenosas, fuimos clausurados, violentamente por don Baltazar Olaechea y Alcorta, rector del colegio, uno de los aludidos en el editorial. Don Juan Figueroa y mi padre tomaron la intervención del caso y la edición fue secuestrada, pero como ocurre con los "periodistas de fuste" como decía don Juan, intentamos salir de nuevo subrepticiamente con "La Tijera", redactado a máquina y parte a mano, cambiando de orientación al periódico y haciéndolo un poco más oficialista con respecto a autoridades y profesores del colegio. Al final, la empresa fracasó por falta de colaboración de los colegas de redacción que sin mayor vocación periodística, advertidos de lo ocurrido, no pensaban seguir arriesgándose en una tarea tan lírica y complicada, por añadidura.

¿Qué hombre verdadero periodista o de escritor no puede relatar una anécdota semejante? Muy pocos, segura- mente, pues el sentido de la letra de imprenta, es un verdadero instinto, que hasta debe tener un centro especial en el cerebro, pues se manifiesta precozmente, como ciertas taras hereditarias.

Posteriormente nuestras actividades periodísticas encontraron un cauce un poco más orgánico cuando mi padre, director de "El Siglo" me permitió actuar como cronista, "micro- cronista" por supuesto, pues mis pre- tensiones a los 14 años no podían ser más exageradas; sin embargo, después de emprenderla con la crónica social llena de puntos suspensivos, la policial y la deportiva, bajo la terrible supervisión gramatical de mi padre -que en la materia ejercía una verdadera dictadura- pude deslizar algún editorial con la complicidad cordial de los redactores oficiales, principalmente Darío Patrizi, y de los malogrados Car- los Izaguirre y Marcos Argañarás. Este último por razones de familia, me permitió también algunas incursiones en su diario "La Mañana" creo que se llamaba así. Estaba también "Masita" Reynoso, popular, jugador de fútbol y cronista policial, con estilo "sui generis", que bien cultivado y en otro ambiente hubiera tenido éxito, pues jugaba bruscamente como cronista igual que al fútbol,  Empalmo ahora con mi verdadera iniciación pública en el periodismo, cuando en 1923, siendo alumno de 5º año del Colegio Nacional escribí para el número extraordinario de EL LIBERAL un ensayo social y biográfico titulado "Glosa de los humildes", un verdadero adelanto intuitivo de la doctrina peronista. Allí impregnado de sueños literarios y del romanticismo propios de los diez y seis años, volqué mi emoción en defensa de los hombres del pueblo, de los servidores humildes, clamando por una ley de amparo a la vejez. Para documentar el drama de los humildes, redacté una serie de biografías tomadas directamente de la realidad, de la vida sacrificada y sufrida de hombres modestos y ejemplares. En esa emergencia tuve de asesor a Enrique Almonacid actual director de este número extraordinario de 1948 y director también de aquel número extraordinario de 1923, hecho que prueba por lo menos la constancia de este gran amigo, con sus amigos y con las cosas que ama, por más que a fuerza de ser poeta haya publicado su magnífico libro "Palabras de Inconstancia". ¡En algunas cosas es constante el amigo Almonacid, entre otras, con EL LIBERAL!

Decía en aquel entonces, palabras que hoy 25 años después- volvería a firmar complacido, tales como las siguientes:

"Acabamos de ver como estos hombres tan meritorios y sobre todo tan "viejos han trabajado honrada y fiel- "mente. Han encanecido en el puesto, sin ascender en 50 años ganando apenas para no vivir miserablemente. Ahora, están enfermos y agotados; sus fuerzas no dan para el "trabajo más liviano Como no existe jubilación, tendrán que trabajar hasta que el destino no disponga "otra cosa".

"Los países europeos más adelantados y de población obrera muy densa han dictado leyes protectoras del hombre, leyes que no son sino un "reflejo de las nuevas orientaciones "sociales. Entre nosotros, una ley general de esta naturaleza no es tan "imperiosa porque la población obrera es escasa a diferencia de Tucumán, Mendoza y San Juan, donde "la industria azucarera y vitivinícola "concentra una enorme población "asalariada".

"Habrá que cumplir un alto deber "de justicia dando el primer paso en "el sentido de amparar institucional- "mente a la invalidez y a la vejez. "Conquista que ya es una bella realidad en muchos países extranjeros "y que otros empiezan a acariciar como el complemento de su cultura y "de su civilización".

Hace 25 años que escribí esas líneas y el país evidentemente ha cambiado totalmente, sobre todo con la política social del general Perón. Pero falta mucho por hacer: hasta tanto no se implante el Seguro Social Integral para toda la población argentina, no se habrá realizado aquel sueño de mu- chacho del año 1923. He propiciado y escrito mucho como colaborador del general Perón- sobre seguro social en especial en lo que éste se vincula con la invalidez y la enfermedad. He estudiado y reflexionado largamente, buscando la forma técnica y financiera para crear la seguridad social en nuestro país, en el sentido de Beveridge e incluso he redactado un proyecto que lo considero imperfecto sobre todo en los aspectos de su financiación.

Hasta aquí el autor de la "Glosa de los humildes", de 1923, hoy en 1948 en plena edad madura, viviendo y pudiendo realizar algo por aquel ideal juvenil.

Escribo estas líneas al correr de la pluma, y sin ninguna pretensión literaria, como quien descansa de sus preocupaciones diarias recostándose en  ese mundo de recuerdos de la infancia y de la adolescencia, que a todos los hombres nos hace felices ingenuamente felices. He querido recordar mi primera aventura de ensayista, social y política, social sobre todo, porque aquel tema de los humildes fué siempre algo que tocaba mi corazón y la primera aventura jamás se olvida, por eso nunca olvido a EL LIBERAL.

Después del paréntesis, de ese prolongado paréntesis, afectivo e intelectual que supone la carrera universitaria y el tecnicismo deshumanizado, nos volvimos a encontrar nosotros mismos, cuando el general Perón lanzó a país sus ideas, El hombre de laboratorio, el investigador y el técnico, que durante tantos años se había abstraído y alejado un poco del mundo, de repente levantó la cabeza de sus abstracciones y se encontró con el muchacho de diez y seis años, que allá en Santiago, había salido una vez con la lanza en ristre en defensa de los humildes. Cuando por primera vez hablé con el coronel Perón en 1943, no fue el profesor universitario el que se entusiasmó con las ideas del gran hombre que tenía al frente: fué el adolescente y obscuro colaborador de EL LIBERAL, de 1923, el autor de la "Glosa de los humildes", que veinticinco años después retomo el hilo de aquel pensamiento con el más decidido propósito de servir a los humildes, a sus amigos de la infancia, a aquellos que durante tantos años fueron el pueblo olvidado y desconocido Buenos Aires, 3 de noviembre de 1948.

Número del Cincuentenario * EL LIBERAL * 1898 - 3 de Noviembre


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