El Clima en Santiago del Estero

21/1/23

ÉPOCA DE MISERIA

 Por Arq. Roberto R. Delgado


A comienzos del 1600 ya existían 3 conventos: San Francisco, el de la Compañía de Jesús (hoy Santo Domingo) y La Merced, cuyas construcciones eran, probablemente, de poca envergadura. La escasa población que habitaba la ciudad atravesó el momento más difícil desde su definitivo asentamiento; casi abandonada, pobrísima y con unos pocos clérigos harapientos. El Gobernador don Alonso de Rivera, enfermo; principales vecinos cometiendo abusos con los indios, a quienes, por defenderlos, los jesuitas fueron obligados a abandonar la ciudad. Fueron momentos de extrema miseria.

Cuando un crudo invierno parecía el encargado de mar- chitar los pocos vestigios de vida, con los soles de la prima- vera de 1611 volvieron los jesuitas, también nuevos clérigos, nuevo Gobernador y comenzó un período más estable calificado como de verdadero asentamiento de evangelización y cultura. La ciudad tuvo otras aspiraciones. Un orden más preciso en el parcelamiento de la tierra, un nuevo trazado, su aspecto era el de un villorrio rodeado de chacras, casas de tres patios, casas "patriarcales", insinuando ya el posterior período de la colonia, el comercio habría de tener una importante actividad por la calidad de sus productos y por las pequeñas industrias (viñedos, ingenios, olivares.).

A fines del siglo XVII asediaban la región santiagueña los bravos indios del Bermejo y del Gran Chaco, que viniendo desde el norte y el este llegaba hasta las cercanías de la ciudad.

El siglo XVIII traería malos augurios, migraciones de familias más al sur, total pesimismo, falta de autoridad civil y religiosa. Poco a poco la ciudad se fue destruyendo, lo único importante era la Catedral con dos torres que despertó la admiración de un recién llegado: el gobernador Esteban de Urizar y Arespacochaga, en 1707.

Los gobernadores se sucedieron como "hojas de almanaque" pasando la ciudad a pertenecer a Salta y a Tucumán alternativamente, dejando de ser Gobernación. Santiago del Estero iba muriendo. Para colmo de males los tesoneros "constructores" de la Compañía de Jesús, los jesuitas, fueron expulsados y deportados en 1767.

A los comercios, alguna plaza, calles, la naturaleza las irá tapando; alguna que otra casa quedará como testigo junto a sus moradores. Los sacerdotes trataron de conservar los escombros de sus templos. Desolación y miedo. La ciudad fue varias veces saqueada y abandonada a partir de 1790.

Quedaron únicamente 76 propiedades de dimensiones va- riadas a lo largo de la Acequia Real (Avenida Belgrano), 11 pertenecían a las Órdenes Religiosas; 12 que no registraban dueños; 1 a Solar de Curaciones (Hospital y Asilo) y el resto propiedad de gentiles que alternaban su residencia con otros centros poblados: licenciado Thomas de Figueroa; los sucesores de Bravo de Zamora; Antonio Arias; Capitán Antonio del Campo, etc.

Una calle quedaría como principal: la que une los conventos de Santo Domingo y La Merced.

A pesar de todo Santiago del Estero y su ciudad Madre de Ciudades, durante los siglos XVI y XVII fue un verdadero hito para Hispanoamérica, fue centro y partida de lo que hoy es la Argentina. Mientras se gestaba algo, Santiago ya había sido.

¿Dónde estaba el Santiago del esplendor? ¿Dónde estaba "La Muy Noble y Leal Ciudad", "La Tierra de Promisión" de la que tanto se habló en los siglos precedentes? Estaba en otro sitio, porque la ciudad fue paso; paso de gobernadores, de clérigos, de expediciones, de plagas, aguas, etc.

Nota relacionada: LAS ESTANCIAS. LAS SALAS

Fuente: Santiago del Estero. Recorrido por una ciudad Histórica


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