Por Arq. Roberto R. Delgado
El comienzo del siglo XIX mostró una ciudad habitada por sirvientes. Los "señoritos" apenas pernoctaban unos días para controlar sus bienes.
Estos "ciudadanos"
se ocuparon más de las intrigas y acontecimientos de Tucumán, Córdoba y Buenos
Aires. Se copiaban estilos de vida, modales, se buscaba el acomodo dentro de la
seudo dirigencia que pretendió conducir los destinos de una nueva Nación.
Pasaban de un bando a otro según la conveniencia. Es la época de la Colonia, de
balcones con rejas, de fachadas. Otra calle, la actual 24 de Setiembre, paralela
a la Acequia Real, insinuó un nuevo perfil urbano, unir el templo de la Merced
con el predio de la Catedral. Al frente, de orientación este de la Catedral,
una gran explana- da servía de patio público (hoy Plaza Libertad) de donde
partía un senda en comunicación con el convento San Fran- cisco.
Comenzó a insinuarse una
cuadrícula regular, algunos documentos nos dicen de la ubicación del
Ayuntamiento en el frente norte del patio público contiguo a unos comercios; el
nuevo Cabildo orientó su fachada hacia esta nueva plaza, en 1808. Hasta ese
entonces, las autoridades atendían en sus respectivos domicilios. Sobre las
calles principales se agrupaban casas con frente, como queriendo limitar el
espacio público del privado, característica urbana que fue dando un estilo más
completo a las construcciones importadas de las Estancias y Salas. Algunas veredas
remataban en "palos" con argollas a manera de palenques; insinuando
esquinas, un frente se "quebraba" en dos, ochavado, modo argentino,
boliviano y centro americano de rematar una esquina. Como es época de
imitación, estas construcciones de esquinas en su concepto, fueron
transportadas a las poblaciones del interior como pretendiendo que las mismas
adquirieran un perfil urbano, a igualdad del centro político de la provincia.
Viviendas en dos plantas
buscaban jerarquizar la morada de los principales ciudadanos. Un corto
recorrido daba imagen de ciudad. El siglo XIX fue importante para la ciudad
sólo a partir de la segunda mitad en adelante. Para el territorio provincial es
el período de consolidación de todas las instituciones, de la formación del
carácter y personalidad del criollo santiagueño.
Hasta 1810 la ciudad adormecida, confundida y carcomida hasta sus zócalos tendría un mal sueño y un destino desgraciado. Absolutamente pobre. Dependía de la intendencia de Salta, la desazón que sufría el ciudadano es contraria al orgullo del poblador de la campaña. Hay constantes movimientos en el interior provincial, ya eran conocidos los actos heroicos, en batallas por la libertad, del joven coronel don Juan Francisco Borges, y del comandante don Juan Felipe Ibarra, ambos hijos de la localidad de Matará. Muchas poblaciones se desdoblaron buscando nuevos parajes para pre- parar reservas ante algo que se avecinaba. Aquí nomás, Chumillo formó línea con Maco; Tuama sería cabecera de San Pedro; Manogasta de Upianita y Silípica de Sumamao.
Nota relacionada: INTERÉS POR LA CIUDAD
Fuente: Santiago del Estero. Recorrido por una ciudad Histórica
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