Una persona inolvidable en la región por su aporte cultural, falleció en el año 2016 pero
dejó un legado increíble, su hijo Pedro continúa ejecutando el
"Erke".
Desde tiempos remotos ha recorrido las fiestas patronales
que se ubican en el histórico Camino Real. Siempre junto a su Erke,
acompañando a esta expresión cultural de
los pueblos precolombinos que aportaron importantes rasgos a la religiosidad
popular de los santiagueños.
Extracto del libro “Indios
muertos, negros invisibles” de José Luis Grosso:
El sonido emitido por esta "corneta" en Santiago del Estero es muy grave, la caña tiene un único agujero, su embocadura, por lo que no permite variación tónica. En el cuerno de res que tiene atado al otro extremo, se echa un poco de agua, para que se produzcan vibraciones. Se sopla por impulsos, acompañando la percusión de los bombos, con un ritmo discontinuo. De cuando en cuando se integra a la torrentosa letanía de los bombos. Su ejecución requiere la contención de gran cantidad de aire en los pulmones y ejercer una gran presión al expelerlo en cada soplo, por lo que produce gran cansancio, sobre todo si se va caminando y a paso ligero.
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