El presente artículo es
continuación del publicado ayer sobre San Felix, el pueblo de negros, perdido
en el monte santiagueño. Está habitado por cuarenta familias, unas doscientas
personas. Su nombre hace honor al hombre que enamoró a Felipa Guerra, la
matrona de este linaje que ya suma seis generaciones: el rubio capitán de
montoneras Félix Alderete. En Vitiaca a
155 kilometros de la ciudad capital, se encuentra en la espesura del monte el
primer cementerio de esclavo. Allí yacen los restos de Julián Guerra y Felipa
Iramain, los primeros esclavos negros de Santiago. También se encontraron las
lápidas de sus hijos que datan de 1923. Por otro lado la historia hace
epicentro en doña Felipa Guerra y de Felix Alderete. En el presente se habla de
Julián Guerra y Felipe Iramain como los primeros esclavos negros. Más allá de
este interrogante, el monte esconde historias, oculta los orígenes más remotos
del pueblo santiagueño, aquellos detalles que no se hallan escritos en las
páginas de los libros, sino que se descubren abriendo camino con el filo de un
hacha y atravesando toneladas de tierra espesa. Allí, donde el paisaje por
momentos se vuelve monótono, se levanta una enorme cruz de madera, el símbolo quizás
más antiguo de los cementerios existentes en nuestra provincia, en una tierra
llamada Vitiaca, a 155 kilómetros de la ciudad capital.
Ya nadie recorre esos lugares,
por ello, el monte ha ganado espacio y desdibujado los caminos por donde
transitaban en el pasado decenas de familias. A escasos kilómetros se encuentra
San Félix, el pequeño pueblo donde actualmente habitan 200 descendientes de
esclavos negros, pero que tuvo su origen en la historia de amor de Julián
Guerra y Felipa Iramaín, quienes tras ser liberados por sus dueños en los
tiempos del gobernador Juan Felipe Ibarra, iniciaron con su familia la
presencia de esta raza en la provincia. Son ellos los que descansan en este
cementerio escondido en el monte y al que todos llaman Cruz Loma.
Fuente: EL LIBERAL 24 de Octubre de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario