Por Roberto Vozza
Indudablemente que lo que ocurrió con Los Manseros
Santiagueños en una actuación en Córdoba, raya con lo bochornoso, y quien muy
mal quedó ante la opinión pública por su gesto torpe y descomedido fue Onofre
Paz.
Y ello se profundiza aun mas por haber maltratado a su
propio hijo, frente al público, a quien, según el registro del video, lo echó a
“la mierda” (palabras textuales).
Quienes conocen a Paz como persona, coinciden en que es
demasiado frontal para tratar y decir las cosas, no exento de soberbia y con el
ánimo predispuesto a subestimar a su interlocutor.
Alguna experiencia personal con él me lo pintó tal cual; por
ende, la posibilidad de algún diálogo futuro - salvo el saludo de rigor - ha
quedado sepultado.
Sería de estimar que lo sucedido podría estar estrechamente
vinculado con los códigos pre establecidos en el marco de la profesionalidad de
la agrupación.
Onofre es hoy el “dueño”
de Los Manseros. Eso está estipulado en una sentencia judicial cuando su co
fundador Leocadio Torres debió retirarse por cuestiones de salud irreversibles
y el avaló los antecedentes para que prospere el juicio a su favor.
Es en consecuencia, el “jefe”, el “mandante” y el resto de
los componentes son “empleados virtuales” que deben acatar sus decisiones u
órdenes.
Es más… a la hora del reparto de ganancias por las
actuaciones, Onofre se lleva el 60% y el 40 restante se distribuye entre el
resto de los componentes, según una versión del ambiente.
Los Manseros Santiagueños comenzaron su derrotero musical en
1959. Casi 60 años de actuación en escenarios de Argentina y América que
consolidan experiencia para un tiempo como el de hoy de enorme competencia en
el ambiente. Podría acaso circunscribirse al conjunto folklórico como que está
consolidado como empresa, y quien lo dirige o manda, por cuestiones de
temperamento personal y de emprendimiento exige disciplina arriba o fuera de
los escenarios.
Hay un “libreto”
que se debe cumplir en cada presentación, debidamente acordado o estipulado, y
nadie debe salirse de él. En síntesis: hay rigor profesional producto de la
experiencia y de lo que han dejado en la historia otras expresiones que
terminaron sepultadas por desavenencias entre sus integrantes.
¿Qué pasó realmente en el Festival de
Las Arrias en Córdoba?
Martin Paz, el hijo de Onofre se salió del libreto “para saludar a un chiquillo que estaba
frente a él entre el público, o fue la gota que rebalsó para que Onofre lo
despida públicamente y echándolo a la mierda?
Deslizó entonces una
“cuestión de mujeres” - no del niño - para avalar su determinación de expulsar
en plena actuación a su propio hijo a quien lo trató de “desagradecido”.
Por qué esta expresión? Acaso por priorizarlo a formar parte del conjunto en
reemplazo de Leocadio cuando no pocos deben haber pretendido ocupar ese sitial
y Onofre tenía varios candidatos? “Desagradecido”
¿porque le dio trabajo y no mal pago?…
Bajo ningún concepto este comentario de tipo reflexivo
pretende “limpiar” o “justificar” a Paz en tan deplorable
bajeza de maltratar a Martín, su propio hijo frente al público. Ello debió
haber ocurrido entre bambalinas. Lo traicionó su temperamento de “mal llevao” como se dice cuando se trata
de personas de mal carácter en su forma de relacionarse en la vida social.
Pero cuidado… El asume su rol de jefe o mandante para
sostener una trayectoria profesional de más de medio siglo y es el sostén de un
emprendimiento artístico que en los últimos tiempos ha cobrado significativo
relieve nacional en una etapa en que se procede a la renovación de sus
componentes para intentar seguir fuertemente vigentes… Aplica entonces una
suerte de “manu militari”… “o te portas bien y obedeces… o te vas…porque
hay muchos haciendo cola”…
La hegemonía de Onofre Paz por sobre el conjunto
debe ser tan determinante porque, ante la gran demanda- durante todo el verano
han viajado y subido a muchos escenarios – se procure la buena integridad
física de los componentes ante tantos kilómetros que recorren, actuaciones y
por ende consuetudinarias trasnochadas. Esto es, en breve aseveración, exigir y
mantener buena disciplina en el plantel para evitar bajones. Fuente: Patio Santiagueño II (Facebook)
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