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22/8/15

Aquellos campeones eternos


Quién no ha escuchado anécdotas de aquella final que Santiago le ganó a Provincia de Buenos Aires en 1968. Si parece que estuvimos ahí cuando nos cuentan que el “Dupla” Carrera definió el partido con un medio gancho de zurda, que el “Negro” Flores fue una bestia para defender al “Beto” Cabrera o que “Quebracho” Torres se hizo gigante para recuperar la bola luego de salto entre dos a segundos del final.

Santiago le ganó esa noche a una potencia y los que tuvieron el privilegio de estar, disfrutaron de una noche memorable a orillas del río Dulce, donde estaba enclavado el estadio Francisco de Aguirre, construido especialmente para esa ocasión.

Pasaron 47 años de esa noche, pero sigue flotando esa sensación de que el partido estaba perdido y que Santiago terminó ganándolo, sencillamente, porque así estaba escrito.

A 22 segundos del final, ya en el período suplementario, las 15 mil almas presentes en el estadio permanecían en silencio: Santiago perdía por un simple (75 a 74) y Tomás le cometió falta a “Quebracho”, que jugaba en el puesto que hoy se conoce como pívot. Desde la línea de libres, su punto débil, erró el primero y el momento ya era angustiante. También erró el segundo, pero la pelota dio un rebote largo que sobró a los lungos bonaerense y cayó en las manos del jugador más joven del plantel: el “Dupla” Carrera. Sacó un medio gancho de zurda, la pelota dio en el tablero y entró. El estadio estalló de un solo grito. Santiago pasó al frente por un simple (76 a 75), pero el partido no estaba terminado.

Buenos Aires quedó con la última bola para ganarlo, pero “Quebracho” interceptó a Requi y los árbitros cobraron salto. El pívot de Juventud, ya en su salsa, ganó en las alturas a pura fibra y se la dio al “Inqui” Ríos, que cedió para el “Benja” Arce, a quien el final sorprendió con la pelota en sus manos.

Después, la invasión, el festejo enloquecido, el grito contenido durante los 7 días que duró el torneo. Los jugadores, en andas, semidesnudos. En la provincia, sólo se habló de básquet durante marzo del 68, mientras el país soportaba la dictadura militar del general Juan Carlos Onganía y Estados Unidos atacaba Vietnam en plena Guerra Fría.

Un recuerdo imborrable

Pasaron 47 años de aquella noche memorable para el deporte santiagueño, pero el recuerdo sigue fresco en nuestros padres y abuelos. Y es saludable que así sea.

“Paco” Barrientos, que era el primer asistente de don Casimiro González Trilla, guarda un grato recuerdo del entrenador. “Yo era el segundo de él, pero los otros muchachos (Luis Cipolina y Ricardo Gerez) también colaboraban. Cuando estaba, él resolvía todo. Tenía mucha personalidad, era un tipo de pocas palabras. Yo lo escuchaba y también aprendí mucho, una barbaridad”, comentó.

“Paco” explicó que el equipo santiagueño estaba en excelentes condiciones físicas. “Cuando terminó el campeonato, los jugadores de Santiago estaban para jugar otro. Estaban enteritos todos. En la época que yo jugaba, había una sola pelota y el que metía, volvía a tirar. Ellos tenían una pelota para cada uno. No había nada de profesor de educación física, todo lo hacía él”, aseguró.

El “Negro” Flores, que jugaba en Juventud, fue crucial en ese torneo. “El 68 fue inolvidable, porque andaba muy bien, con 6 meses de entreno. Cada vez que jugábamos, se veía muchísima gente en las tribunas. Fue una de las satisfacciones más grandes de mi vida, no me voy a olvidar nunca”, indicó Flores, que al año siguiente fue convocado a la preselección nacional.

“Era el jugador más sacrificado, siempre me tocaba bailar con la más fea, pero andaba bien. El “Beto” Cabrera (Buenos Aires) era un jugador completo, el “Loco” Ibáñez (Capital Federal) y Crespi (Santa Fe) eran grandes jugadores. Al que se me ponía adelante lo cuidaba”, agregó el “Negro”.

Roberto Carrera también recuerda con gran emoción ese torneo, en el que quedó marcado de por vida al haber convertido el último doble de la final. “El gol del campeonato ha quedado grabado en toda la gente que ha escuchado y ha ido a la cancha. Hasta el día de hoy me preguntan cómo fue. La gente que estuvo en la cancha me dijo que metí sin ver, otros aseguran que tiré de gancho. Don Casimiro me dijo que me quede al costado de Tomás y de Villalba, pero yo no le hice caso y me fui detrás de ellos. Los sobró la pelota a los dos y que hasta que ellos se dieron vuelta, yo ya había lanzado. Me guié del cuadradito blanco y entró sin tocar”, comentó el “Dupla”, que se había convertido en el jugador de la gente.

“Otro momento que no olvido fue cuando terminó el partido y vinieron como mil para sacarme la ropa. Me dejaron en clipper (el sleep de aquella época). Decí que el utilero me dio una toalla y así andaba festejando”, agregó con una sonrisa de oreja a oreja. El “Dupla” soltó además una anécdota que había mantenido en secreto. “Cuando terminó el partido, Fruet se me acercó para agredirme verbalmente, me dijo de todo. Ellos estaban locos, les habíamos cortado la chance del tricampeonato. Nunca lo conté, muchos años después lo hago”, reveló.

Esteban Demasi permaneció en el banco en la final, pero sí ingresó en anteriores encuentros que su equipo había resuelto con anticipación. Sin embargo, no se olvida de lo ocurrido. “Siempre digo que eran mis ídolos, que eran la Generación Dorada de Santiago. Nuestro potencial se medía por el hecho de que 7 de los 12 del plantel habían integrado la selección argentina en alguna oportunidad.
Sentíamos el orgullo de compartir con ellos, con semejantes monstruos consagrados. Para nosotros era una experiencia maravillosa el estar junto a ellos”, aseguró. “Siempre que ocurren estas recordaciones, agradezco a la raza de dirigentes, a las instituciones públicas, al gobierno de entonces (a cargo del general Carlos Uriondo) y sobre todo a EL LIBERAL, que seguramente atesora un material inapreciable para las demás generaciones. Mi carrera en la selección fue modesta y terminó en el 73, jugando con Miguel Cortijo”, agregó Demasi, que era jugador del Inti Club.

El Campeonato Argentino del 68 representa una de las páginas gloriosas del deporte santiagueño, en tiempos en que la provincia se había convertido en una potencia basquetbolística. Ese es nuestro legado.

UNO POR UNO

José Flores: jugó siempre en Juventud, mientras que en la selección tuvo la chance participar de 15 argentinos seguidos, con dos títulos y cuatro subcampeonatos. Integró la selección nacional en el Sudamericano de Montevideo en el 69. Se retiró en el 77, pero empezó a incursionar en el maxibásquet, donde se consagró campeón mundial en el Cenard, tras vencer a Rusia en la final. Hoy tiene 73 años y es jubilado de la ex Caja Popular.

Roberto Carrera: vistió la camiseta de Santiago BBC en gran parte de su carrera deportiva, pero además estuvo dos años en Caja Popular de Tucumán. Jugó 14 años seguidos del 67 a 81 en la selección santiagueña de mayores. Se retiró en el 85, pero en el 86 se consagró campeón argentino de maxibásquet, también convirtiendo el último doble de la final. Hoy tiene 67 años y es empleado del Banco Santiago del Estero.

Esteban Demasi: con la camiseta del Inti fue campeón provincial en cuatro oportunidades, pero además logró dos subcampeonatos argentinos de clubes campeones. Fue campeón universitario. En el plano dirigencial, fue el presidente de la delegación de Santiago que se consagró campeón argentino de Cadetes en Córdoba, en el 84, y en su calidad de secretario de la Federación, participó en el congreso donde se aprobó la creación de la Liga Nacional. Falleció hace algunos meses
Horacio Goytía: jugó toda su vida en Red Star y en el seleccionado santiagueño de mayores en tres argentinos. Tiene 67 y se jubiló como empleado de la ex Caja Nacional de Ahorro y Seguro.

Fernando Najarro: hizo toda su carrera deportiva con la camiseta de Olímpico. Debutó en la selección santiagueña en el 65, en Caucete, San Juan y se retiró en el 77, pero siguió jugando al básquet en la categoría veteranos. Tiene 70 años y es comerciante en la ciudad de La Banda. Se recuperó de un ACV con una fortaleza anímica admirable.

Gustavo Chazarreta: Jugó en Santiago BBC, Universitario de Córdoba y General Paz, donde terminó su carrera deportiva integrando el equipo conocido popularmente como las Estrellas Blancas. Integró los seleccionados de Santiago y Córdoba. Y hasta se dio el lujo de vestir la celeste y blanca. Tiene 73 años, está radicado en Córdoba desde hace 54 años y sigue desempeñando su profesión de médico, especializado en cardiología.

Ramón Jorge: fue jugador de Santiago BBC y del seleccionado santiagueño en cuatro argentinos. Tras su retiro, se convirtió en empresario azucarero. Tiene 68 años y está radicado en Buenos Aires desde muchos años.

Benjamín Arce: vistió las camisetas de Juventud, Atlanta y del seleccionado santiagueños en 17 campeonatos argentinos. Además, se puso la celeste y blanca en el Sudamericano de Mendoza en 1966, en los Panamericanos de Winnipeg 1967 y en el Sudamericano de Montevideo 1969. Fue gerente general de la ex Caja Popular. Falleció el 11 de agosto del 2010, tras sufrir un accidente mientras jugaba al básquet en la Asociación de Veteranos.

Alfredo Tulli: hizo toda su carrera deportiva en Juventud. Jugó 14 campeonatos argentinos siendo el capitán, mientras que en la selección nacional tuvo la chance de participar de cuatro sudamericanos y un mundial (en San Pablo 1963). Fue jefe de personal de Agua y Energía. Falleció el 24 de noviembre del 2012, víctima de un cáncer.

Carlos Ríos: se inició en Inti, luego pasó a Firmat y finalizó su carrera deportiva en Juventud. Jugó 12 campeonatos argentinos y se puso la celeste y blanca en el Sudamericano de Lima 1963. Integró los cuadros administrativos de la Policía provincial, y llegó a ser comisario. Falleció el 4 de mayo del 2011, luego de pelearle a la diabetes.

Roberto Villalba: se inició en Patagonia, pero hizo gran parte de su carrera en Juventud y hasta tuvo un paso por San Lorenzo de Almagro. Trabajó en Coinor de Frías y se desempeñó como sindicalista. Murió en el 2006, tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.

Luis Torres: se inició en Sportivo Colón, pero la mayor parte de su carrera deportiva se desarrolló en Juventud. En la selección fue uno de los pilares del equipo durante muchos años, además de uno los jugadores más queridos por la afición santiagueña. Trabajaba en Agua y Energía. Falleció en el 94, víctima de un cáncer de páncreas.
Fuente: El Liberal

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