"Si hubo un jugador-leyenda en el básquetbol argentino, ése fue
el santiagueño Rafael Lledó". Jugó en la Selección Argentina
desde 1940 hasta 1952. Era un creador de alma que dominaba la cancha.
Inspirado. Genial. Tenía la velocidad de la imaginación.
A los 15 años ya fue campeón argentino con Santiago del Estero, en 1937. Llegó
al equipo nacional con 17 años y fue tan inamovible que jugó seis Campeonatos
Sudamericanos seguidos (1940, campeón en 1941, 1942 y 1943; 1945 y 1947), un récord
de presencias para nuestro país que comparte con Finito Gehrmann, el Runcho
Prato, el Gurí Perazzo y el Negro Romano. Olímpico en Londres 1948 y Helsinki
1952.
Una vez la revista "El Gráfico" sonrió diciendo que "la camiseta
nacional no la devolvía, se la llevaba a Santiago..."
Nadie le enseñó
nada, pero su básquetbol tenía movimientos dignos de un universitario
norteamericano. Mandaba la pelota como ninguno, salía desde atrás con pases de
gol que pasaban rozando mágicamente a dos o tres rivales, con la fuerza justa.
Nunca iba un balón fuerte en el pase. Siempre el exacto. Llenó las canchas de
todo el país. Se hizo aplaudir como local en cualquier lado. Transmitió su
propia simpatía a sus compañeros. De ahí nació que los santiagueños fueran
siempre muy bien recibidos.
Para que después se lucieran grandes como el Amo
Alfredo Tulli, Gustavito Chazarreta, el Benja Arce y -más para acá- Miguelito
Cortijo, alguien alguna vez tuvo que haber levantado en Santiago del Estero la
bandera del básquetbol bien jugado. Y ése fue esta leyenda que se llamó Rafael
Lledó.
Integrante del equipo argentino ideal
de todos los tiempos de El Grafico:
-Alberto Cabrera (1) – Emanuel Ginóbili
(2) – Andrés Nocioni (3) – Fabricio Oberto (4) – Oscar Furlong (5). En el
banco (ordenados cronológicamente): Rafael Lledó, Roberto Viau, Ricardo Alix,
Carlos Raffaelli, Pichi Campana, Marcelo Milanesio y Luis Scola. mileniomdq.blogspot.com.ar/
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