Hoy es el Día Internacional contra la Trata de Personas, que se evoca cada 23 de septiembre para celebrar una fecha argentina: cuando el mismo día de 1913 se promulgó la ley 9.143: la primera norma legal en el mundo contra la prostitución infantil.
¿Y quién es el de la foto? Es el autor y propulsor de dicha norma pionera: el Dr. Alfredo Palacios, el Primer diputado socialista de América, quien a comienzos de siglo XX buscó acabar con la trata de mujeres en prostíbulos locales. Argentina le debe no sólo ésta, sino muchas otras leyes renovadoras que crearon el Nuevo Derecho. Las dos primeras leyes protectoras del trabajador sancionadas en Argentina vinieron de su mano: Ley de Descanso Dominical y la Reglamentación y Protección del Trabajo de Mujeres y Niños, catapultando las no menos fundamentales de Jornada Laboral de 8 Horas y la Ley de Accidentes de Trabajo.
Alfredo Palacios, en una época donde reinaban la injusticia y la exclusión, fue un transformador del Derecho en aras de una auténtica justicia social.
Fue autor de incontables leyes sociales modernas que cuarenta años después serían el sustento del general Perón para la construcción de un formidable movimiento social transformador de la Argentina (apreciación que va más allá de cualquier análisis ideológico y la división nacional que se produjo posteriormente). Paradójicamente, Palacios y Perón fueron enemigos políticos irreconciliables.
El guante y la espada siempre listos para batirse a duelo, la palabra audaz y apasionada increpando autoritarismos, con la polémica como única compañera de una empecinada soltería de 87 años, con su sello político de socialista argentinista a ultranza y esencia humanista en la prédica, Alfredo Lorenzo Palacios tiene su propia página en la historia como un rebelde justiciero, que libró una batalla tras otra hasta -literalmente- su último aliento por los trabajadores y sus derechos.
El “último mosquetero” como solían calificarlo, jamás quitó de la puerta de su estudio jurídico el cartel que rezaba “Abogado. Atiende gratis a los pobres”.
(María Claudia Cambi)
¿Y quién es el de la foto? Es el autor y propulsor de dicha norma pionera: el Dr. Alfredo Palacios, el Primer diputado socialista de América, quien a comienzos de siglo XX buscó acabar con la trata de mujeres en prostíbulos locales. Argentina le debe no sólo ésta, sino muchas otras leyes renovadoras que crearon el Nuevo Derecho. Las dos primeras leyes protectoras del trabajador sancionadas en Argentina vinieron de su mano: Ley de Descanso Dominical y la Reglamentación y Protección del Trabajo de Mujeres y Niños, catapultando las no menos fundamentales de Jornada Laboral de 8 Horas y la Ley de Accidentes de Trabajo.
Alfredo Palacios, en una época donde reinaban la injusticia y la exclusión, fue un transformador del Derecho en aras de una auténtica justicia social.
Fue autor de incontables leyes sociales modernas que cuarenta años después serían el sustento del general Perón para la construcción de un formidable movimiento social transformador de la Argentina (apreciación que va más allá de cualquier análisis ideológico y la división nacional que se produjo posteriormente). Paradójicamente, Palacios y Perón fueron enemigos políticos irreconciliables.
El guante y la espada siempre listos para batirse a duelo, la palabra audaz y apasionada increpando autoritarismos, con la polémica como única compañera de una empecinada soltería de 87 años, con su sello político de socialista argentinista a ultranza y esencia humanista en la prédica, Alfredo Lorenzo Palacios tiene su propia página en la historia como un rebelde justiciero, que libró una batalla tras otra hasta -literalmente- su último aliento por los trabajadores y sus derechos.
El “último mosquetero” como solían calificarlo, jamás quitó de la puerta de su estudio jurídico el cartel que rezaba “Abogado. Atiende gratis a los pobres”.
(María Claudia Cambi)
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