"El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma." - Beretolt Brecht -
29/9/08
Anatomía de una pelea de gallos
CON UNAS ESPUELAS DE ACERO DE 8 centímetros de largo, afiladas como cuchillas y atadas a las patas—los gallos de pelea son introducidos a la arena de la gallera.
Entrenados para pelear y a menudo drogados con estimulantes y esteroides, se enfrentan en un duelo a muerte. Las espuelas infligen profundas heridas punzantes, se rompen las alas y las patas, y se sacan los ojos de sus órbitas. Pocos minutos después, los contrincantes se arrastran a causa de sus heridas, sin permitírseles ningún descanso durante el combate. Sus dueños los recogen y les soplan en la cabeza para revivirlos. Si el ave ha sufrido una herida en el tórax, haciendo que sus pulmones se llenen de sangre, el dueño acostumbra meter el pico en su boca para extraerle la sangre, y devolverlo a la pelea.
Por lo general, las peleas terminan únicamente cuando uno de los gallos es incapaz de atacar a su oponente. Los aficionados a las peleas de gallos, suelen justificar su pasión argumentando que estas aves son agresivas por naturaleza. Pero en la naturaleza, los gallos rara vez pelean a muerte. Los gallos de pelea son criados y entrenados especialmente para pelear. Además, a menudo los estimulan con fármacos, y las espuelas hacen la pelea más encarnizada. Por último, se les obliga a pelear hasta el final, puesto que no se les permite rendirse.
Ciclo de Violencia
EXISTEN AÚN OTRAS ACTIVIDADES NEGATIVAS asociadas con las peleas de animales. En todo el país, las autoridades han documentado una estrecha relación entre las peleas de animales organizadas, y otros crímenes y actividades delictivas. Por ejemplo, el juego ilegal suele acompañar tales peleas—ya que los espectadores apuestan a los resultados del espectáculo. Siendo las apuestas por miles de dólares, el dueño de un animal ganador puede recoger entre varios cientos de dólares hasta decenas de miles, en ingresos no declarados.
Con tanto dinero de por medio, también es muy frecuente que los participantes anden armados. De hecho, en las redadas de peleas de perros y de gallos, las autoridades suelen incautar armas ilegales, como también drogas.
El efecto de exponer a jóvenes a este mundo de crueldad, armas, juego, drogas, y otras formas de violencia, es aún otro aspecto negativo de las peleas de animales. El mero hecho de presenciar tales espectáculos, bien puede promover sentimientos de indiferencia hacia el sufrimiento de los animales, y un entusiasmo por la violencia. Inclusive, los niños que no asistan a tales peleas pueden estar en riesgo, pues la sola presencia de animales peligrosos en la comunidad incrementa el riesgo de ataques contra ellos. Debido a su corta estatura, un animal agresivo los puede considerar como otro animal
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