El Mercado Armonía es otro de los monumentos tradicionales
de nuestra ciudad. Fue fundado el 15 de Febrero de 1.936, en pleno centro de la
ciudad de Santiago del Estero, a una cuadra de la Plaza Libertad y también a
una cuadra de la Avenida Belgrano.
En el Mercado Armonía podemos comprar frutas, verduras,
comidas, pan, carne, productos regionales y artesanías. En la parte exterior
hay distintos comercios, especialmente tiendas y zapaterías. Es un punto de
referencia de nuestra ciudad y un punto de encuentros. Diariamente el mercado
es visitado por miles de vecinos de la ciudad o visitantes de otras ciudades y
otras provincias.
Los puestos de comidas son un lugar adecuado para la
conversación. La gente que va al mercado para hacer sus compras del día, generalmente
hace su pausa para beber y comer algo compartido con una amistad antes de
volver a la casa.
Uno de los primeros integrantes del Alero Quichua
Santiagueño, “Canquita” Orellana, tiene en el Mercado Armonía su puesto de
venta de comidas rápidas para llevar o consumir en la barra. El puesto de
Canquita es un lugar donde uno puede encontrar a nostalgiosos de otras épocas
de la ciudad y del Alero. Es casi una obligación el intercambio de algunas
palabras en quichua con alguno de los parroquianos o con el atareado dueño del
local.
Carlos Orieta, cantor, autor y compositor folclórico,
integrante del Alero Quichua Santiagueño, también supo tener en el mercado su
puesto donde preparaba y vendía comidas para llevar. El puesto de Carlitos era
un buen lugar para saber novedades de la gente del Alero y del folclore
santiagueño en general. Carlos Orieta ha sido de los primeros integrantes del
trío Los Fogoneros y estuvo cantando en el conjunto hasta pocas horas antes de
su temprano fallecimiento.
Uno entra en el Mercado Armonía y se encuentra con un
Santiago del Estero atemporal. Subiendo por la escalera mecánica puede
encontrar funcionando emisoras de Frecuencia Modulada que tienen sus estudios
en el primer piso. Un poco más allá encontrará productos regionales y
artesanías, entre las que están los bombos y cajas vidaleras hechas por manos
criollas que prolijamente han trabajado la madera y los cueros.
En la planta baja también hay artesanías, productos
regionales y una gran cantidad de verdulerías, carnicerías y puestos de
comidas. En todos ellos el contacto humano es intenso, con las rápidas ventas
matizadas por algún comentario, una risa o el canturreo de la música del pago.
Caminando por el Mercado Armonía vemos un ameno presente
cobijado bajo el techo junto a los recuerdos del pasado y un prometedor futuro.
Debajo de la alta bóveda del mercado hay mucha gente trabajando, comprando o
paseando.
Su arquitectura, un emblema de
modernidad
Escribe en Facebook al respecto el Arq. Rodolfo Legname: “El
edificio fue un rugido de modernidad en ese momento, proyecto de Jorge Kalnay,
arquitecto húngaro, quien junto a su hermano Andrés diseñaron, entre otros edificios
emblemáticos porteños, el Luna Park y la confitería La Munich. El edificio, una
gran bóveda de cañón corrido de hormigón armado, con grandes voladizos sobre el
espacio central del Mercado como sobre la calle, da cuenta del progreso en el
uso de este material, preferido de la arquitectura del Movimiento Moderno, como
asimismo el uso de parasoles y los grandes paños de glas betón (ladrillo de
vidrio) que resultan elementos característicos de ese período”.
“Para comparar criterios acerca de lo que pudo representar
ese edificio para los santiagueños de entonces, basta tener en cuenta que, en
ese mismo año de su inauguración, se concedió el Premio Municipal de Fachadas
al edificio que lo enfrenta en la esquina de Absalón Rojas y Pellegrini,
conocido como La Real, por la decoración de pavos reales en su coronamiento”.
“El edificio se construyó en el mismo solar al que se
trasladaron los tenderetes que se ubicaban sobre la Plaza Libertad en 1851,
durante el gobierno de Manuel Taboada, y que fuera reemplazado por otro
edificio con soportales a la vuela de un gran patio central, del que queda un
cuadro de Schettini en la Municipalidad, hacia 1876”.
Es el Mercado Armonía junto al Puente Carretero
un emblema de la actual esencia santiagueña.-
Fuente: www.aleroquichua.org.ar
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