El Clima en Santiago del Estero

3/12/14

So Ol´exa qata Pioc: El gallo y el perro

Por Pablo Gramajo


Era un mediodía de un día cualquiera de primavera, las hojas flameaban en el pasar de la brisa, a la mañana temprano, las gotas del rocío iluminadas por el sol, parecían lagrimas en los pastizales, mientras el monte crecía sin que nos demos cuenta. Era un mediodía cualquiera, la sombra del algarrobo flaca estaba, porque el sol iba lamiendo con sus rayos, de aquí para allá nos corríamos con la silla, a lo lejos, el fuego, mantenía el tizón prendido, o más bien el tizón mantenía al fuego encendido, pero lo que era claro, la pava silbaba, para el mate amargo, el que amortigua, el hambre cuando la comida no esta lista. Todo marchaba en su orden o caos según sea.

Aunque parezca insólito la historia que le contare, es casi verdadera, digo casi, porque es mágico este lugar donde se vive.

Es una historia corta, rápida como suceden algunas cosas, como cuando la muerte te viene a pechar, irremediablemente, la vida se defiende para seguir siendo vida.
Los pollitos iban detrás de la gallina, picoteando lo que encontraban en el suelo, el mate pasaba de mano en mano, éramos muchos lo que teníamos hambre de pan, el de justicia siempre lo tenemos, nadie había visto, al perro acercarse a los pollitos, salvo el gallo, que se interpuso.

El perro miraba al gallo, el gallo miraba al perro, mientras los pollitos con su madre se alejaban. Parecía que todo iba a terminar ahí, pero el perro quiso mordisquear al gallo, en su intento, le dio dos vuelta en el piso, parecía que todo iba a terminar ahí, el gallo se puso de pie, días antes el mismo gallo, por una “feminista, sabrá de dios de donde ha venido”, que viento la trajo a conocer la indiada, pero con sus ojos occidentales, le insulto al gallo, -parece muy macho este gallo, no me gusta.

Revolcado, lleno te tierra el gallo, se pone de pie, mientras el perro fue a correr a las gallinas y a los pollito y de nuevo se interpuso, sabrá el porque, por su condición natural, por creerse macho, solo la naturaleza sabe de la naturaleza, empezó a patalear en el aire, con unas de sus patas, lastimo el hocico del perro, y seguía pataleando, hasta que retroceder lo hizo al perro.

La naturaleza sabe de la naturaleza, y las personas de realidades, que le discursean las palabras y se le interponen a la naturaleza, como el gallo al perro.

El macho será macho que en naturaleza es otra cosa, lo que es en sí o lo que fue, es que el gallo intervino para que no la coman a las gallinas y a sus pollitos y también a él.

La naturaleza sabe de la naturaleza, la valentía de lo valiente. Que me disculpen si la naturaleza ofende a las historias que afuera suceden. Pero esta es una historia, que como historia queda en la memoria, es como la lucha necesaria cotidiana, aunque sepas que morir puedes, al enfrentar algo mas grande, vale la valentía y el testimonio.

Pablo Gramajo, nquepoc

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