El Clima en Santiago del Estero

14/6/24

No lo tiren al bombo a Juan Carlos Gramajo

 


A la vera de los grandes siempre hay alguien que aporta su granito de arena o de roca para que el lucimiento adquiera más brillo.

En materia interpretativa, ese es el papel que representan los acompañantes, no siempre valorado realmente.

Uno de estos seres es santiagueño de La Banda y se Ilama Juan Carlos Gramajo.

Ariel Ramírez había escuchado las mentas sobre sus habilidades con el bombo y lo mando llamar hace dos años. Desde entonces Gramajo usa smoking.

- ¿Sofisticado? No. Jerarquizado, sostiene. Yo fui muy apegado a lo tradicional. Dentro de las creaciones musicales de Ramírez, me he salido un poco de eso. Por ejemplo, al interpretar "Cajita de Música" tuve que agregar una serie de chirimbolos por el motivo del tema: cajitas chinas, cocos, etc. En un caso así, por supuesto que uso otros recursos sonoros, pero cuando se trata de una chacarera ya es otro cantar. Los santiagueños la tocamos de una sola manera. Los no santiagueños la tocan distinta. Es un ritmo difícil y hay que haberlo bebido en la fuente para hacerlo con el verdadero sabor, por más música que se sepa. Yo fui bombisto de Bailon Peralta Luna y de Andrés Chazarreta; creo tener una formación seria. Don Andrés se preocupaba mucho porque las cosas se hicieran bien. Yo tuve el gusto de estar el día en que le entregó la batuta a su hijo Agustín.

Con Ariel Ramírez me entiendo muy bien. Me marca las cosas de acuerdo a lo que quiere, pero me deja total libertad para crear porque lo mío es intuitivo. Yo me sentía muy identificado con don Andrés Chazarreta. El en el escenario presentaba siempre escenificaciones de leyendas costumbres. Y yo me sentía cómodo con todo eso. Actualmente sigo acompañando sus obras, pero ya no lo hago de la misma manera que lo hacía antes. La diferenciación es la manera de personalizar cada trabajo. Hay que vivir actualizado paralelamente al universo como yo hago con Ariel. Aunque sea folklore, evolucionamos.

Vengo de una familia de artesanos. Desde mis abuelos hacedores de bombos, como actualmente siguen haciéndolo mis hermanos Aurelio y Ricardo. Uno vive en Palermo y el otro en Santiago del Estero. Yo también sé bastante sobre el bombo, no solo tocarlo. Ya hace tiempo, realizando una gira con un grupo de danzas yo hacía charlas sobre el bombo en las universidades. Era por Centroamérica y a la vez aprendí los ritmos de allá, que ahora utilizó mezclándolos con los argentinos. Ese aprendizaje me enriqueció.

Tengo un estilo propio. Mi estilo, comparado con el de Domingo Cura es totalmente distinto. Lo mío, además de ser intuitivo es auténticamente folk y utilizo más el parche que los aros. Justamente en el malambo de Ariel, tengo una parte solo y pueden apreciarse todos mis recursos.

Las últimas actuaciones fueron en el Festival del Poncho, Córdoba, Chascomús y ahora regresamos a Brasil mientras nos preparamos para una gira por Europa. Mientras tanto, aquí, en la Capital, no estamos inactivos.

¿Un buen bombo legüero? Debe tener parche de oveja preñada cuereada por el lomo porque es más elástico y más resistente.

Sé bastante de bombos y voy ascendiendo en mi carrera. Del bombo de carnicero seguí al de tres laguas y ahora en el de concierto, ¿qué le parece?

Publicada originalmente en Revista Folklore

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