El Clima en Santiago del Estero

6/4/20

"Horacio Banegas va buscando la Idea"



Prólogo

Por Horacio Banegas
A los amigos lectores:
                                  Por   una   necesidad
emocional  y  de  anhelos  futuros  omitir   la
primera    persona   del   verbo   es  la   más
transparente forma de asumir el compromiso
existencial de todo ser humano en bien de un
mañana mejor.
Compartir nuestra forma 
de vida que también es su forma de vida signi-
fica testimoniar en un abrazo emocionado la in-
mensa alegría que sentimos de  "Pertenecer a
este  Mundo",   reconociendo   y  defendiendo
"Nuestro Orígen y nuestro lugar"...

                              Digo  "nosotros" y hablo en
plural en  nombre  de  mis  "congéneres"  de  la
revista "Santiago Guitarra y Copla"  que me han
encomendado la muy noble y querida  misión de
ser la palabra  de apertura  de  este suplemento
nº 4 que rememora mis momentos más queridos.

                               Una  vez más  les decimos
gracias. ¡Felices Fiestas!  y que el 93 nos traiga
PAZ, AMOR, TRABAJO  y la semilla fecunda de
las mejores cosas.-

Buscando la Idea

Las cifras no oficiales hablan de 21.000 copias vendidas de su primer trabajo "Mi Origen y mi lugar", un fenómeno poco frecuente, sobre todo en el folklore y en un tiempo de bolsillos flacos.
Eso, más las actuaciones, dentro y fuera de la provincia, el ciclo por Radio Nacional Buenos Aires, la presentación del nuevo trabajo "Pertenezco a este Mundo" el 24 de Octubre pasado en el Club Olimpico de La Banda, con la presencia de Susana Argañaraz, que hizo una audición especial para Radio Nacional desde la filial local, dan mucha tela para cortar.

La tentación es fuerte, esos temas dan para charlar un rato largo, pero... mejor encaramos hacia otro lado como para conocer mejor al personaje.

En la tranquila atmósfera de su sencilla casa del barrio Ejército Argentino, con el fondo de una radio a todo volumen (sintonizada en un programa de folklore, por supuesto), Horacio habla de su hijo Cristian, que lo acompaña en la banda que lo secunda. El chico es buen jugador de fútbol hecho en la escuela de Central Córdoba. Fue a probarse en Boca Juniors junto con un primo y ambos superaron el primer test. Todo siguió su curso. Viajes, actuaciones, grabaciones, etc.

Un día Cristian volvió a La Candela y se dio con la sorpresa de que el segundo test ya se había realizado. Ya no había caso. Ahora, hay otro chico en su lugar y el cupo de La Candela está cubierto. Puede quedarse en Buenos Aires y entrenar pero debe procurarse alojamiento. "Por otra parte, -explica Horacio- lo llamaron de Central Córdoba pero ya dejó de entrenar y le tira más la música, se compró un bajo y un equipo. A mí me pasó lo mismo. Jugaba en Estudiantes pero los horarios no coincidían con mi actividad artística. Iba a jugar desvelado y no rendía. Tuve que elegir y me quedé con la música".

No solo de chacarera vive el folklorista. "Ahora estamos escuchando Vitale, Pink Floyd, Queen, Creedence; mis hijos están descubriendo estos grupos".

Horacio habla de los Beatles ("lo mejor que le puede haber ocurrido a la música"), de cuando en su juventud en las reuniones cantaba los temas del momento. Señala cosas curiosas, como que ahora Cristian descubre a Creedence y los temas que a él le traen tantos recuerdos porque los escuchaba con su esposa Eva. Se entusiasma recordando a los grandes nombres del rock nacional, tales como Almendra, y pone especial énfasis elogiando a Luis A. Spinetta, a quién define como "un capo".
"El otro día cuando vimos a Peteco (Carabajal) en el Opera, Cristian me preguntó quién era el de la percusión. Yo le comentaba que era Rodolfo García, que integró varios grupos como Tantor, Almendra, Aquelarre..."

- ¿Ya te sonaba de aquella época?

"Si, por supuesto. Lebón, Charly, Nito".

Horacio se apasiona cuando habla de Elton John, a quién vio en la cancha de River. Para ingresar al estadio hizo cola desde las 4 de la tarde hasta las 10. "La cola tenía seis cuadras. Fue una linda experiencia vivir esos momentos previos".

Las diferencias con los espectáculos folklóricos son abismales pero algo se puede aprender. El cantor se sincera: "Siempre he sido muy curioso"...

"Cuando estoy en Buenos Aires y tengo un momento libre voy a ver espectáculos. Ví "Drácula" en el Luna Park, estuve en lo de Pablo Milanés, fui a ver a Víctor Heredia. Con el montaje y la infraestructura que tienen ellos a mí me vuelan la cabeza, me sugieren un montón de cosas. El sonido es como de un disco compacto, sobre todo me agrada la actitud de ellos en el escenario, la entrega, el total profesionalismo, un ejemplo hacia donde uno debe apuntar. Cualquier persona que forme un grupo debe mentalizarse con eso. Son profesionales cien por ciento. Eso hace la diferencia".

- ¿Te imaginás algo así?

"Sueño. Eso es la locura. Yo soy una de esas personas que tiene una actitud positiva. No sé si se dará, pero vivo imaginándolo. Me veo en ese ámbito y sobre todo con la comunicación, generar con mi actitud la alegría de la gente".

- Cuando veías a Elton John o a Pablo Milanés, ¿observabas a la gente respondiendo a lo que se le estaba entregando desde el escenario?

"Me has hecho una pregunta muy linda porque estaba por comentarte lo que me pasó cuando fui a ver a Milanés. Tuve una gran desilusión. No conseguí entrada para la primera función. El Opera estaba lleno. Conseguí para la segunda. Cuando estaba haciendo la cola, escuchaba el clima que había adentro. Después cuando la gente salía, un desfile interminable. Al entrar a la segunda función, la escasa entrega. Tal vez la gente no lo percibía, esto es una apreciación personal. La gente en la sala estaba re-entusiasmada, había un clima... El negro se acomodaba los anteojos y la gente gritaba, se paraba y era una locura. Cantaba temas poco conocidos y por ahí, como a propósito, arrancaba con una canción famosa y era el delirio total."

"Cuando terminó el recital y se fue, reventó el teatro. De pie, todos le pedían que vuelva. Dejó pasar como siete minutos para volver. Cantó otro tema y volvió a irse. Y lo mismo. A mí me molestó que dejara pasar tanto tiempo, me parece que eso es especular con el cariño y el afecto que te demuestra la gente. Le pedían un tema y cantaba otro. No me parece correcto. Al margen de que haya un programa ya armado, también se puede manejar lo otro. Para mí era como que el tipo estuviera no adentro sino afuera de la gente".

- ¿El público se impacientaba?

"Mirá, nunca salgo primero, me quedo observando los rostros, todos estaban supercontentos pero comentaban "no cantó tal cosa". A pesar de todo, lo de la gente fue impagable".

El Barrio, los Padres, los recuerdos

- En un reportaje anterior contaste lo de tu barrio y tu infancia, los grandes jumiales, la acequia de la Belgrano, de cómo se juntaban los changos a guitarrear.

"Hice una canción para evocar aquello. Fué hace poco y en algún momento saldrá"

(Dicha canción fué Sintaxis, incluida en el álbum lanzado en 1994).

- Hay un poco también en "Huayno de mi infancia"..
"No. Esto es otro enfoque, totalmente distinto".

- ¿Tiene título?

"Todavía no"

- Puedes anticiparnos un par de versos como para tener idea?

"Hago una recopilación de eso que acabas de mencionar. Los grandes jumiales, la gran acequia arbolada/ y una luz cada tanto, eso era mi barrio.

Digo: "lugar de vida/ lugar de sueños/ lugar de una ilusión sonando/
como forma de vida/ y con formas queridas/ entre la ciudad y el campo".
- Claro, porque esto ya era el campo...

"Sí. Mi barrio estaba en la mitad, entre la ciudad y el campo. Esto, lo que hoy es el barrio Ejército Argentino era monte donde veníamos a juntar leña, a "hondiar" por sobre el canal. Es una evocación muy linda. Para mí es haber encontrado una forma de expresión muy de adentro.
Por la mitad del tema digo: "Imagen, olor y sonido/ mundo maravilloso/
donde redescubro mis voces/ emoción que desvela mis días/
recupero total con gracia divina/ comprender y querer la esencia misma"..

- Todo eso se ha perdido.

"Todo. La calle Solís, por ejemplo, era un salitral impresionante, un jumial".

- Pero ya era la calle Solís.

"Sí, calle Solís, este y oeste. Había una acequia que cruzaba la Belgrano hacia los dos costados. Una hacia el Vinalar y otra hacia el río.

Donde hoy es la Ciudad del Niño, el oratorio de Don Bosco, era la famosa quinta "La Esperanza" Villa Yocca. Ibamos a jugar a la pelota con los chicos de la villa, nos sentíamos amigos de ellos, compartíamos lo que ellos vivían".

- ¿Y tus viejos que hacían?

"Mi padre fue siempre obrero de la construcción. Mi madre vendía verduras con dos canastos. Se iba caminando hasta el mercado Armonía donde vendía todo lo que le quedaba. Después volvía a casa con mercaderías. Atesoro estos recuerdos de la infancia y todo lo que mis padres me brindaron, valoro su sacrificio, sus enseñanzas.

Mi padre se jubiló como obrero de la construcción después de una vida muy esforzada. El siempre valoró la familia y a pesar de la estrechez aún sin tener nada, mi casa era una fiesta por la unión de la familia".
Los Viajes

- Hablemos de tus primeros viajes fuera de la provincia. ¿Te gusta viajar?
Te pregunto esto porque a mucha gente le gusta subirse a un vehículo e irse. Y esto sin duda te abre la cabeza, ver nuevos paisajes, cómo te hace sentir las cosas y cuando estás lejos, valoras tu casa, tu calle...

"Siempre me gustó viajar y nunca me siento cansado. Es como que vamos a descubrir algo nuevo, rostros nuevos, vivir momentos distintos.

- ¿Qué lugares te han gustado, por su paisaje, su clima?

"Me gustó Humahuaca, a pesar de ser un lugar pequeño, me han quedado imágenes imborrables. El sur, en cambio, me parece triste.

Hace un par de años, fuimos con Juan Carlos (Carabajal) en auto desde Comodoro Rivadavia hasta Perito Moreno (Provincia de Santa Cruz). Una tristeza total, una desolación, tanto como no ver ni vida animal. Eso me pone triste”.

“Las grandes ciudades no me llaman la atención. Desde hace 20 años hacía a Buenos Aires unos 6 o 7 viajes anuales. Desde hace 2 años a esta parte estoy yendo más seguido y cada vez veo más triste a la gente.

El movimiento es el mismo de día pero de noche cambió totalmente.

Yo compuse hace poco en Buenos Aires uno de los temas que tal vez vaya en el próximo disco. La primera estrofa pinta la sensación que la ciudad me produjo”:

"Calles desiertas/ ya no hay miradas/ sólo caminan, no dicen nada
sienten el frío por la esperanza/ la vida pasa, quién sabe adónde.."

Es la sensación que me dió la ciudad. Todos pasan, todos caminan, la vida pasa pero nadie se pregunta que es lo que está haciendo el otro.
Esto no ocurre en el interior donde uno se para con un amigo y le pregunta: "¿Que andás haciendo? ¿Adónde vás?". Allá cada uno anda en sus cosas y nadie sabe nada del otro. La canción sigue:

"Yo no concibo la indiferencia/ un sueño fiero me sobresalta/
triste es la espera y el despertarnos/ afuera ríen, algunos ríen.."

Creo que al pueblo le sucede esto por la desprotección por parte de la gente que tiene y que puede. Generalmente el que anda en la calle busca el mango o mejores posibilidades. Del otro lado están los poderosos por eso digo: "afuera ríen, algunos ríen".

- ¿No te afecta la inestabilidad económica, el ritmo de vida?

"Me afecta porque nosotros somos culpables de que el país esté así. Con la apatía, con el "no te metás" y la indiferencia permitimos que otros le hagan mal al país. En el momento de poner un voto ya somos responsables de algo, cualquiera sea la ideología política. Si pongo el voto es mi responsabilidad, tengo que sentirme protagonista en todo momento.

No sólo cuando la necesidad nos tiene a mal traer, estar en contra de los gobernantes que nosotros mismos hemos elegido".

- ¿Qué te preocupa a nivel mundial?

"La violencia, la muerte, el desequilibrio a nivel mundial entre pobres y ricos, ver chicos desnutridos, gente pidiendo en la calle, las matanzas injustificadas, el sida. Todo me preocupa y me shockea totalmente".
El nuevo estilo, Elpidio, Jacinto

La charla deriva hacia varios temas: los grandes músicos, los nuevos valores de Santiago y su proyección, su nuevo barrio al que le está debiendo una canción, aunque por ahí en una chacarera dedicada a un personaje, Don Pedro Hoyos, habla de esta nueva geografía que lo rodea.

En el temario no podían quedar al margen Elpidio y Jacinto, dos amigos y compañeros.

Con respecto al atamisqueño (Elpidio Herrera) opina "es uno de talentosos de la música aún no descubierto y valorado en su totalidad. Es otro de los que hacen cosas "locas". A veces se cree que estas cosas las tiene que hacer un músico con grandes conocimientos de armonía, contrapunto, etc.
En el caso de Elpidio, las cosas salen con naturalidad".

Al evocar a Jacinto, lo hace con inocultable emoción: "Yo había ido con Ricardo Santillán a acompañar a "Orígenes" a la inauguración de una galería y ahí estaba Jacinto. Ya habíamos hablado varias veces en la época en que estaba con "Los Santiagueños", me propuso cantar juntos pero nada firme.

Ese día la gente de la galería también lo había invitado y cuando nos encontramos me dijo: "Vamos a cantar" y yo acepté por esas cosas de buena onda.

Me contó que tenía una chacarera nueva. "Quiero que la escuches", me dijo. Era la Chacarera del Cardenal.

Después de tocar con Orígenes y cuando le llegó el turno, Jacinto me invito a subir. Mezclamos los temas que hacía con Peteco y los míos: Perfume de Carnaval, Mensaje de Chacarera, etc. Fué una cosa hermosa. La gente se empezó a juntar.

De ahí nos citamos para ensayar en "La Casa", en la esquina de 9 de Julio y Buenos Aires. Cuando tuvimos dos o tres temas ensayados, lo invitamos a Juan Saavedra. Ahí llegué a conocerlo bien porque hablamos un montón de cosas. Pasamos mucho tiempo juntos, incluso cuando Juan tenía taller, nosotros nos quedábamos hasta el final porque cantábamos para que bailaran sus alumnos.
Los días que no había taller, nos quedábamos hasta las 10 de la noche y nos íbamos a la casa de una amiga de él, una señora mayor, a darle serenata. Luego a otro lado hasta que se hacían las 2 o 3 de la mañana y veníamos caminando desde el centro hasta el barrio Ejército Argentino.

Hacíamos varias paradas, en el Regional, por ejemplo, nos sentábamos un rato, descansábamos y seguíamos hablando. Fueron momentos de comunicarnos nuestras cosas".

-Horacio, en estos dos años de actividad ¿escuchaste críticas por la forma de encarar tu trabajo con una visión más libre, más actualizada del folklore?

"Sí, hemos sido cuestionados en el primer disco por poner batería en las chacareras. Puede haber por ahí gente que no esté de acuerdo con lo que hacemos y me gustaría que me lo digan porque me sirve. Se los voy a agradecer porque reconozco que no todo es perfecto en lo que hacemos.

No sé qué pasará en el tercer disco que tiene una visión más loca de acuerdo a los temas que estoy armando. Llega un momento en que se produce un desgaste y mi intención es plantear las cosas de manera distinta en cada trabajo".
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