Entre 1810 y 1860 no hubo un solo batallón
argentino que no tuviera presencia de soldados afrodescendientes, claves en las
batallas sanmartinianas
Por Omer Freixa
Arrancó 2017 y las efemérides de la historia sanmartiniana
se acumulan y dan (con motivo) de qué hablar y escribir. El Libertador las
proveyó: 17 de enero, Bicentenario del inicio del heroico cruce de los Andes,
12 de febrero, batalla de Chacabuco, próximamente los doscientos años de Maipú,
y así se puede seguir.
Sin embargo, si prevalece la siempre justa reivindicación
del prócer, tal vez se pierde de vista la gesta de los de abajo, sus huestes,
que hicieron posible la gloria sanmartiniana, tan bien relatada por Bartolomé
Mitre en su insigne "Historia de San Martín" y de la emancipación
sudamericana. Es un libro canónico y una completa biografía del "Padre de
la Patria", aunque deje de lado la revisión sobre hombres y mujeres que
hicieron posible el tan estudiado cruce de los Andes, entre ellos los
afrodescendientes, al centrarse en una figura de la talla del prócer patrio.
Las exigencias al momento de escritura de la obra citada
eran la de aportar relatos enaltecedores para justificar la construcción de un
Estado-Nación, a la europea, blanco y borrando el registro de determinadas
alteridades. En general, es un rasgo de la historiografía predominante que
reconstruyó la vida del nacido en Yapeyú. Entonces, es el momento propicio para
rescatar el aporte de los individuos de origen africano en este capítulo de la
historia patria, como todo lo africano, invisibilizado en nuestro país,
considerándose orgullosamente casi el más "blanco" de toda América
del Sur.
Se relegó al afrodescendiente a la condición de desaparecido
y las pocas menciones de su accionar, por caso, en las guerras de
independencia, abonan la justificación de su desaparición, entre otros motivos,
por esta vía, por la extinción física en los campos de batalla, sin casi
resaltar su compromiso y heroísmo. Si bien es imposible hacer notar la
presencia en el pasado de todos los combatientes de origen africano durante las
luchas del siglo XIX (y menos homenajearlos por tamaño sacrificio), en algunos
casos se pudo documentar su presencia, inclusive en el ejército sanmartiniano
que cruzó los Andes, libertador de Chile y Perú.
San Martín debió cruzar los pasos andinos que en su opinión
eran la preocupación que más le robaban sueño, más que el enemigo, siempre
según Mitre, en una de las proezas más grandes de la historia militar mundial.
El Ejército de los Andes contó con un aproximado de 5.000 efectivos, de los
cuales entre el 40% y el 50% era afro, es decir unos 2.500 hombres. San Martín
tuvo un trato muy cercano con varios de los afrodescendientes de su tropa y
expresó la simpatía por ellos. El médico de confianza de San Martín era un
negro de Lima y uno de entre sus favoritos era un cocinero negro, con el que
gustaba conversar mucho. En una ocasión, el Libertador indicó que si los
realistas eran los vencedores, los negros serían esclavizados de nuevo, por lo
que con más tenacidad lucharon por la causa patriota. Por su parte, a un mes de
librada Chacabuco, San Martín exclamó "¡Pobres negros!", en el
espacio en donde yacían enterrados buena parte de los combatientes del Batallón
N° 8, compuesto de libertos de Cuyo, en un gesto de reconocimiento y homenaje.
Se decía que el líder tuvo predilección por los negros libertos entre los
combatientes bajo su mando.
Entre los guerreros sobre los que se tiene constancia de
haber integrado el Ejército de los Andes figuran el africano Batallón, el
capitán Andrés Ibáñez, ambos nacidos en África a fines del siglo XVIII, y el
sargento José Cipriano Campana. Entre las mujeres, se conoce la historia de
Josefa Tenorio. También se puede incluir al cabo segundo Antonio Ruiz, más
recordado como "Falucho" o "Negro Falucho", aunque se
discute si este personaje no responde a una invención de la pluma del
historiador y ex presidente argentino Mitre.
Batallón, Ibáñez y Campana cruzaron los Andes junto al
Libertador y participaron en las batallas de Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.
Tenorio marchó en el ejército como esclava y, tras sus méritos, le fue aceptada
su solicitud de liberación, en noviembre de 1820. Por último, tal vez es más
conocida la historia del soldado apodado Falucho, que formó parte del Batallón
N° 8 y que, llegado al Perú, en 1824 defendió la causa emancipadora a despecho
de su vida, ya partido San Martín de la conducción del ejército y en una
situación muy delicada signada por la inconformidad de las tropas atascadas en
el país andino, desmoralizadas, sin recibir paga, encadenándose una rebelión a
la que Falucho se opuso costándole la vida. Ruiz, según Mitre, fue fusilado por
los alzados, quienes lo tildaron de revolucionario y a quienes respondió:
"Malo es ser revolucionario, pero peor es ser traidor".
El escritor Jorge Luis Borges reconoció el mérito a los
afrodescendientes: "Los negros de las guerras de la Independencia eran
mucho mejores soldados que los blancos". Si bien estos no fueron
debidamente reconocidos, muchos sí adquirieron la libertad por haber servido en
la guerra. Fue el caso de las dos terceras partes de los esclavos en Mendoza,
en los preparativos al cruce de los Andes, pese a la resistencia de los amos,
conforme relató Mitre.
Entre 1810 y 1860 no hubo un solo batallón en el
actual territorio argentino que no tuviera presencia de soldados afro. En
Buenos Aires hubo al menos once afroargentinos con el grado de coronel o
teniente coronel, aunque se les negó el grado mayor de general, en la pauta del
racismo de la época. Dentro de lo poco que se conoce o cuenta, el sargento Juan
Bautista Cabral tiene un sitial en la historia argentina, al haberle salvado la
vida a San Martín en la batalla de San Lorenzo, años antes del cruce andino. Lo
que hay que remarcar es que su origen era africano, cuestión que no siempre se
reconoce, como así faltan subrayar los aportes de los afrodescendientes a la
historia argentina en general, y no solo en el plano bélico. El cruce de los
Andes fue un capítulo invalorable de la participación de este colectivo en la
historia argentina. Gracias a la tropa sanmartiniana fue posible la liberación
de Chile y más tarde la del Perú.
Fuente: www.infobae.com
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