Por Guillermo L. Sanmarco y Edgardo D. Urtubey.
En 1689, la ciudad de Santiago del Estero y Nueva Tierra de
Promisión llevaba más de cien años cultivando con los bañados del río Dulce; ya
contaba con un padrón de regantes. En 1860, algunos particulares comenzaron a
alimentar acequias con aguas del río Dulce.
La ciudad de Santiago del Estero, desde la época de la
colonia, se proveía de agua de la acequia Municipal, luego acequia Real y
posteriormente acequia Belgrano.
En el año 1913, el gobernador Antenor Álvarez, con gran
criterio de desarrollo, dispuso la construcción (Ley Nº 460) de un canal que
derivando del río Dulce, por una toma directa en el paraje Tarapaya y con 64 km
de recorrido llegaba a Villa San Martín, regando una extensa zona de tierras feraces
y particularmente aptas para la aplicación de riego. La obra se inició a fines
de 1913 y quedó librada al servicio el 23 de marzo de 1916. La construcción del
dique derivador Los Quiroga y el canal matriz en los años 40 y del sifón bajo
el río Dulce, en los años 50, determinó un nuevo modo de alimentar al canal San
Martín y también al canal Municipal, quedando la antigua bocatoma fuera de
servicio e iniciándose el inevitable proceso de deterioro.
Según el ingeniero Carlos Michaud, el agua llegaba a esta
obra a través de un canal de conducción que en épocas de estiaje transportaba
agua desde El Deancito, 5 km aguas arriba, y en épocas de crecidas el río
pasaba por la zona de ingreso del agua erosionando las barrancas altas.
Había dos compuertas que alimentaban el canal Municipal y al
mismo tiempo actuaban de descargadoras que permitían en estado de emergencia
encauzar posibles crecientes nuevamente hacia el río. La obra era de
mampostería de ladrillos forma recta y otros de forma curva para el muro de
guardia. Constaba de 3 compuertas comprendidas entre 4 almenas ubicadas
paralelas al eje del río para alimentar el canal.
Incorporarla al
patrimonio cultural
Actualmente en la zona del canal San Martín se construye un
barrio de 900 viviendas que abarca una amplia superficie, que al oeste limita
en parte con el canal San Martín y al este llega hasta la margen derecha del
río, en donde está prevista una plaza en la cerca de la bocatoma.
También se construye la llamada costanera norte, que es una
prolongación de la costanera existente, y que pasa por la zona comprendida
entre la bocatoma y la salida del sifón que actualmente alimenta al canal San
Martín. Los trabajos de limpieza ejecutados en esta zona de la Capital para
estas tareas pusieron en evidencia esta magnífica obra.
Por eso los autores de este artículo de opinión realizaron
ingentes esfuerzos para propiciar su recuperación a fin de poder incorporarla
al patrimonio cultural santiagueño.
Fuente: nuevodiarioweb.com.ar
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