El folclore, es eso que nos caracteriza, que nos hace diferente a los otros pueblos. Los que habitamos el noroeste argentino, en este caso los santiagueños, tenemos características notorias y diferentes sobre los pueblos del litoral, de la pampa húmeda, etc. Estos rasgos distintivos se observan en la danza, en la música, en la gastronomía, etc, son nuestra identidad, el pasaporte que tenemos cada uno de nosotros. Ahora vamos a ver bajo que influencias culturales y quienes fueron los primeros estudiosos de nuestro folclore.
Noroeste: La influencia peruana:
La región más fuertemente sometida la influencia peruana colonial es la integrada por las naciones diaguita y comechingona, prolongándose hasta el borde mismo de la selva chaqueña.
Constituye lo que hoy ocupa los territorios de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Córdoba (zona serrana y montes) y algo de San Juan.
El investigador Carlos Vega identifica como expresiones musicales las especies líricas y coreográficas llamadas vidala, baguala, zamba y cueca (la porteña más breve que la cuyana).
Llamará la atención ciertas ausencias muy tradicionales y no incluidas: esto se debe a que estas consideraciones responden a los primeros años del siglo XIX, no existiendo basta 1850, aproximadamente, ningún rastro que certifique si, por ejemplo, ya se bailaba chacarera, la danza por excelencia que identifica al área santiagueña.
Al respecto puede apuntarse que la otra danza típica de la región, el gato, tiene cierto parentesco con la mencionada chacarera y los primeros rastros para asignar autorías o recopilaciones pueden asignarse a Andrés Chazarreta (primera década del 900), Manuel Gómez Carillo (1920/23), Beltrame (1924) y Ana S. de Cabrera (1925).
En lo referente a instrumentos, los originales según la tipificación de Vega- son el violín, el bombo, el arpa y la caja: algunos incluyen el erque, hoy recluido en la zona de influencia jujeña.
Además, como base primaria constatable tanto en el repertorio musical como en la tradición heredada en el tiempo, no puede desconocerse la presencia de costumbres como el topamiento de las comadres, el carnaval y las comparsas indígenas, los pesebres, los misachicos y en las comidas: tamales, rosquetes, alfajores. Las composiciones poéticas como glosas. El uso del telar (español), alguna habilidad con el cuero, las prendas criollas de lana y otros elementos de elaboración y consumo (algarroba y otras fermentaciones), junto al pastoreo doméstico de cabras y ovejas, el quesillo, etcétera.
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