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27/12/08

Como hablamos los Santiagueños


En la región santiagueña se habla correctamente el español, se utilizan vocablos auténticamente castizos -muchos de ellos ya caídos en desuso en otras zonas del mundos hispánico- y se pronuncia bien el castellano, a punto tal que es concepto generalizado que quien mejor habla el español en nuestro país es el santiagueño.

El santiagueño habla, siente, canta y vive la lengua española, enriquecida por el aporte de idiomas aborígenes de América, de manera predominate del quichua.

Dentro de la forma de hablar del hombre argentino, el oriundo de Santiago del Estero tiene una serie de particularidades que le confieren una fisonomía propia y distintiva. Las particularidades más salientes del habla santiagueña son: las voces empleadas y la tonada, que es diferente de cuantas hay en el país.

Rasgos fonéticos: en nuestra región, al igual que en gran parte de América, existe el seseo, que consiste en reducir las formaciones ce, ci, za, ze, zi, zo y zu al sonido de la s, letra que en Santiago del Estero se pronuncia de manera muy particular. Sí, la s santiagueña es muy tensa, arrastrada, sibilante. De ahí es que en casi todo el país, dicen, apropiadamente, "santiagueño puras eses".

Rasgos morfológicos: en la región santiagueña existe el voseo, costumbre idiomática casi generalizada en América, que aquí consiste solamente en el reemplazo del pronombre personal tu por vos, ya que el verbo se emplea correctamente. En efecto, nuestro hablante dice: vos tienes, en lugar del correcto tú tienes; vos quieres por tú quieres.

Rasgos semánticos: el aspecto semántico es, quizás, el más importante en el aspecto familiar, oral o coloquial del hablante santiagueño. Esos rasgos semánticos dan al habla regional una peculiaridad distintiva, y constituyen la más saliente y notable en la fisonomía idiomática del santiagueño. Son tan importantes los rasgos semánticos del habla de la región, que en la última edición del diccionario de la Real Academia Española (1984) han sido incorporados 105 vocablos que nosotros propusimos, muchos de los cuales son propios del santiagueño. También merece ser considerada por la alta corporación que rige nuestra lengua, meta, todo un adverbio de afirmación, que es de utilización muy corriente en nuestra zona, a punto tal que se convirtió en una de las peculiaridades idiomáticas del santiagueño. Veamos un ejemplo:

- ¿Vamos a pescar?

-¡Meta!

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