Marcela de Maidana despertó temprano el martes. Presta a llevar a cabo sus actividades diarias, puso la pava del mate y comenzó a llenar de vida su casa del barrio Almirante Brown. No se imaginaba que en el fondo de la vivienda, un cabrito de los pocos que habitan el improvisado corral, yacía muerto, con una herida escalofriante. “Encontré a la cabra con ese agujero en uno de sus lados y sin los órganos. Estábamos sorprendidas.
No sentimos ningún ruido, ni siquiera los perros han ladrado”, expresó Marcela, todavía absorta por el macabro hallazgo. “El orificio estaba tapado con alfalfa, no podíamos creer lo que estábamos viendo. Le han sacado el corazón, los intestinos y le faltaba toda la sangre. No había ni una mancha de sangre. No dejó ningún rastro”, relata impresionada. Inmediatamente, la mujer sacó fotos del animal muerto y envió el material a Las Noticias de la Gente.
Terror y misterio Las especulaciones comenzaron a tejerse con una velocidad inusitada. Pero claro, ninguno de los sospechosos de siempre parecía capaz de matar al animal de una manera tan despiadada. Por eso, algunos allegados a la vecina, se animaron a vaticinar que sectas o tribus umbanda, podrían ser responsables del hecho. Ángel Regatusso, pastor evangélico y amigo de la familia, sin duda. Para él, el caso es evidentemente un trabajo de macumba: “Ellos hacen estos sacrificios para hacer presentes a Satanás. A veces lo hacen en lugares de poco tránsito. Yo creo que este es uno de sus casos, de alguien que practica la magia roja o la magia negra.
Es increíble que ninguno de los perros haya sentido nada”. Las incógnitas siguen siendo una constante y el miedo se ha apoderado de todo un barrio. No temen a los delincuentes ni a los peligros terrenales, sino a lo desconocido, eso que se alberga en las sombras, tras un halo de misterio.
http://www.diariopanorama.com/diario/noticias/2008/08/01/a-23298.html
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