En la imagen vemos un terrible derroche de valentia
La “honorable” cámara de diputados no se conforma con devorar lo poco que nos queda a los santiagueños. Ya hirieron de muerte a nuestra cultura con la aprobación de la ley Nº 6.951 de “promoción cultural”, y en el día de hoy lo hicieron con nuestra naturaleza, aprobando con fuerza de ley la norma que tiene "por objeto regular, en todo el territorio de la provincia de Santiago del Estero, la actividad cinegética con fines comerciales desplegada por ciudadanos argentinos o extranjeros, en la modalidad de caza deportiva". Hablando el “criollo” se trata de legalizar los cotos de caza que ya existían en nuestra provincia. Dicha norma fue ingresada al cuerpo en la Legislatura anterior por los ex diputados Martín Diaz Achaval y Pedro Simón.
La presente determina que será el órgano de aplicación, la Dirección de Bosques y Fauna, la cual tendrá a su cargo establecer la aptitud y limitaciones para las actividades cinegéticas y otorgar los correspondientes permisos. ¿Esta dirección no tendría que velar por el cuidado de nuestros recursos naturales?
También se contempla la creación de Registro Único Provincial de Cotos o Áreas de caza controlados y operadores cinegéticos bajo la Dirección de Bosques y Fauna, con el objetivo de reconocer, registrar y ordenar la actividad de cotos o áreas de caza y operadores cinegéticos en la provincia. ¿?
ANTECEDENTES:
Mientras que en el país la actividad cinegética por amplio desarrollo causa preocupación, en santiago del estero se la reglamenta.
El turismo cinegetico es negocio organizado por empresas no siempre habilitadas, que ofrecen la caza de hasta 3000 aves silvestres por día. En la mayoría de los casos los cazadores provienen de estados unidos, Inglaterra, Alemania, Italia y España, países en los cuales estas caserías ilimitas se encuentras completamente prohibidas.
Dicha turismo genera en el país u$u 155 millones por año. El mercado ha presentado un crecimiento en el periodo 94-98 de 10.5 % y que el país registra una oferta de 2,606 ranchos cinegéticos (UMAS), ubicándose el 97% en la región norte.
CONSECUENCIAS:
Si bien las empresas aducen que algunas de esas aves pueden ser consideradas plagas, no es correcto generalizar esta categoría. Por el contrario, es necesario estudiar cada caso concreto, supervisando si efectivamente ocasionan daños a los productores y, en tal caso, analizar las formas de paliar la situación de modo de evitar matanzas indiscriminadas. Es sabido que en las jornadas de cacería organizadas por estas empresas no hay una distinción de las especies a batir y en general todo lo que vuela se transforma en un blanco.
Esta actividad está afectando ecosistemas que apenas conocemos, como nuestra estepa patagónica o el litoral mesopotámico, que ya sufren otros problemas de conservación y poseen sistemas de áreas naturales protegidas que hay que fortalecer y no debilitar. Se puede dar el caso paradójico de que una bandada que pueda contemplarse en un parque nacional como especie emblemática sea ultimada al traspasar los límites de la reserva y sobrevolar alguna de las estancias donde se practica esta actividad.
Las últimas estimaciones de Aves Argentinas indican que son 120 las especies de aves silvestres en riesgo de extinción en nuestro país.
FIN:
Señoras y señores con ustedes nuestros representantes. Estos son los temas que se tratan en nuestra querida provincia de Santiago del Estero la “honorable” cámara de diputados. Esto demuestra una ves mas la inagotable fuente de recursos naturales que es nuestra provincia, Que a lo largo de los siglos vio como saqueaban, esquilmaban y aniquilaban sus recursos naturales y la historia parece continuar, muy lejos estamos de cambiarla por el bien de nuestras generaciones venideras.
¿No seria mas mejor abrir el juego al desarrollo del turismo de naturaleza? Como lo es la observación de aves, que es compatible con la conservación de las especies y respeta esos recursos para el disfrute de las futuras generaciones. Esta actividad, con la diversidad de especies que habitan la Argentina tiene un notable potencial para generar importantes recursos económicos para nuestro país de un modo más sustentable. Esto ha generado en U.S.A un movimiento que supera los 40 millones de observadores de aves, que movilizan unos 30 mil millones de dólares cuando observan y fotografían aves silvestres.
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