...O quizás un cuchillo o vaya uno a saber de que
desgraciada manera fatal, este compositor bohemio y músico empedernido despenó
a la causante de sus descontrolados celos. Lo indudable es que don Artidorio
Cresseri estuvo enamorado hasta los huesos de la víctima de la demencial
actitud. Y si no ha sido así, cómo pudo recordarla en su forzado encierro de
una manera tal que no recuerdo salteño y muchísimos más que no la cante o la
sepa (mal, regular o bien) y la entone como algo propio y por su cualidad de
innegable himno salteño.
El contexto metafórico no conlleva ni un dejo de despecho,
rabia, indignación o algo muy oculto o “entre líneas” que deje entrever “algo”
de pequeñez o chatura. Todo el texto es una tristísima elegía de enamoradísimo
ser que ante la adversidad irreversible, derrama su alma en cada verso y como
remate ruega “al Dios piadoso resignación...”
El título de tamaña zamba no tiene nada que ver con la
historia, la leyenda, del cómo, del cuándo y los por qué del contenido
sentimental del poema. El doctor Carlos López Pereyra, abogado, recibe el
agradecido homenaje de Don Artidorio por haberlo “salvado” quizás de una cadena
perpetua por su demencial delito, al conseguir la absolución del imputado (Don
Artidorio) por “emoción violenta”.
“La López Pereyra”, himno de los salteños y apropiada por
innúmeros conocidos e ignotos intépretes, sigue viva y con muy buena salud en
la memoria del pueblo. Ojalá todos los dramas pasionales dejaran canciones de
este calibre.
La zamba creció sola, no necesitó de promoción alguna. Se
“fue” de Salta como el viento, sin rumbos. Hasta que ocurrió todo lo conocido
como “juicio por paternidad autoral” cuando un tal Don Andrés la halló sin que
Don Artidorio la perdiera. Pero, el argumento de más peso fue el título y las
constancias legales desbarrancaron cualquier fundamento que soño fundamentar el
“hallador”.
El Dr. López Pereyra vivó en la ciudad de Salta en la calle
“La Florida” al 484 aproximadamente y se comprobó su actividad y las
circunstancias en las que se constató su activa participación en el triste
hecho que le tocó vivir al pobre Don Artidorio.
Todo lo aquí expresado tiene más de recopilación versionada
generacionalmente y no tiene ninguna otra intencionalidad que la de hallarle al
magnífico texto poético ese “por qué” fue escrito y cantado.
Sin ningún tipo de “dardo encubierto” invito a que repasemos
su inigual carácter y, porque no, esa estructura literaria que, asociada a la
fantástica melodía, hacen una obra, diría, insuperable hasta el presente. Vamos
pues a su letra conociendo ya, al menos, una versión más de su historia ¿o
leyenda? Fuente: www.portaldesalta.gov.ar
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