"Recuerdo que Maño Luna me sabía decir
no hay gente más criolla, que la del 8 de Abril
potrero de los Taboada, ese es mi barrio señor,
santiagueño casi nada, no hay otro pago mejor."
El barrio 8 de Abril nació en 1959 durante el gobierno del
doctor Eduardo Miguel. En ese entonces, la zona que hoy ocupa era conocida como
“El potrero de los Taboada” ya que
allí pastaban los animales de la tradicional familia santiagueña.
La situación de los habitantes comenzó a comprometerse
cuando, dada la condición privada del lugar, las intimaciones para que
abandonen el lugar se tornaban más serias.
Sin embargo, todo se solucionó cuando el gobernador Miguel
compró los mencionados terrenos, pasando a ser éstos propiedad del Gobierno
provincial.
Se convocó entonces a los vecinos a una reunión en la
intersección de Pueyrredón e Independencia, en la que alrededor de cien
familias, se enteraron de que los terrenos serían vendidos a quienes ya tenían
posesiones. Ello comenzó a darse un día 8 de abril.
Pero hablemos de los Taboada. Según los genealogistas el
apellido es antiguo y su origen es de Lugo (Galicia), donde existe un municipio
llamado Taboada, casa solariega desde tiempos de Alfonso VII de Castilla.
Posteriormente el apellido se extendió por otras regiones de la Península.
Derivado de táboa ("tabla"; lat. tabula), equivalente al castellano
tablada (cada uno de los espacios en que se divide una huerta para su riego).
Las armas principales del escudo de armas de este noble apellido son: en campo
de gules, cuatro tablas de oro, puestas en palo y bordura de plata con ocho
calderas de sable.
El título de condesa de Taboada fue otorgado por Carlos II
el 20 de septiembre de 1683, a María Teresa de Taboada y Castro. Felipe Antonio
Gil Taboada (1668-1722), prelado español nacido en Lugo, se distinguió por sus
virtudes y fidelidad a Felipe V, quien lo nombró gobernador del Consejo Supremo
de Castilla. Francisca Luisa de Paz y Figueroa, hija del general Juan José de
Paz y Figueroa, contrajo nupcias con Ramón Antonio Gil de Taboada en 1775. Fue
este el primer Taboada que arribó al Tucumán a fines de 1768, desde su villa de
Vivero (Galicia). Los tres hijos varones nacidos de este matrimonio, forjarán
la primera etapa del predominio familiar, en las primeras décadas del siglo
XIX.
Una de las hijas, en cambio, alcanzará si no la fama, con
seguridad la gloria. Fue la reverenda madre Ana María del Niño Jesús Taboada de
Paz y Figueroa (1788-1852), ilustre mujer santiagueña que se distinguió por
ayudar a los pobres e indígenas. Fundó el convento de Belén el 25 de diciembre
de 1821 en homenaje al Niño Jesús que tanto amaba.
Su hermana, Sebastiana de Taboada Paz y Figueroa, se casó en
Santiago del Estero con José Antonio de Gorostiaga y Urrejola. Su hijo fue el
doctor Luciano de Gorostiaga Taboada Paz y Figueroa, aquél que por sus
relevantes méritos mereció del general Bartolomé Mitre el siguiente elogio: “Su memoria debe ser honrada por los
argentinos”. Fue comandante general del Resguardo, diputado a la
legislatura varias veces, secretario, miembro de la comisión de redactores de
la primera Constitución de Santiago del Estero y gobernador delegado.
Por su parte los Paz y Figueroa descendían del rey San Fernando
de Castilla. La familia Taboada-Paz y Figueroa constituyó parte importante del
patriciado de la provincia norteña de esa época. Su fuerza fue política y
social: fueron propietarios de ingentes leguas de tierras.
Desde poco antes de Caseros y hasta bien entrada la
administración del presidente Nicolás Avellaneda, Santiago del Estero fue
sometida a un régimen político personalizado por la familia Taboada, clan que
durante casi un cuarto de siglo ejerció una gran influencia sobre todo el Norte
y Noroeste argentino. Sobrinos del general Juan Felipe de Ibarra Paz y
Figueroa, fundador de la autonomía santiagueña en el año 1820 y el más fiel
intérprete del sentimiento federal de sus paisanos.
Eran hijos de Leandro Taboada, quien formó parte del
batallón Patricios Santiagueños reclutado por Juan Francisco Borges en 1810, al
paso del ejército libertador por la ciudad norteña. Sin embargo la vida militar
no le sedujo, y sin participar en la guerra emancipadora, volvió a su lugar de
origen para formar su hogar en Matará. Hacendado y custodio de las fronteras en
Matará, fue esposo de Agueda Ibarra, hermana menor del caudillo Juan Felipe
Ibarra. Hasta su estancia recurrió el coronel Borges, su antiguo jefe, al huir
derrotado por Gregorio Aráoz de Lamadrid en el combate de Pitambalá, en
diciembre de 1816. Taboada, en lugar de ocultar al prófugo, lo entregó a sus
perseguidores y de allí fue traído Borges para ser fusilado sin proceso, en la
chacra de Santo Domingo el 1° de enero de 1817.
Militares, gobernantes, empresarios, los Taboada ejercieron
el poder con energía y exclusivismo, pero también con un innegable amor a su
tierra. Fueron auténticos caudillos del liberalismo, voceros del progreso –tal
como lo entendían ellos-.
El general Antonino Taboada (1814-1883) derrotó al tucumano
Celedonio Gutiérrez en Tacanitas, Laureles y Ceibal. Acabó con las fuerzas de
Ángel Vicente Peñaloza en Mal Paso y con las montoneras de Felipe Varela en
Pozo de Vargas. Los Taboada en la batalla de Pozo de Vargas mandaban sus
escuadrones “Río Hondo”, “Salavina”,
“Libertad”, “Choya”, “Laureles”, batallones de Tucumán y Catamarca, y la
caballería al mando del mayor Pablo Irrazábal –asesino del Chacho-, cuyas
sugestiones tácticas dieron el triunfo a las fuerzas nacionales. Inicialmente
los riojanos desbordaron a los santiagueños, sobre todo en el flanco izquierdo
y en el frente del batallón chileno, obligando a los hombres de Taboada a
replegarse y al mismo convoy de mando a retroceder y ubicarse sobre la derecha,
para evitar que lo atacaran por detrás. Sin embargo los bravos santiagueños se
recuperaron a medida que las armas de fuego iban aumentando las bajas entre la
caballería riojana, que llegó a efectuar diez cargas, en tanto que el terreno y
las trincheras limitaban la peligrosidad de los jinetes y sus lanzas.
Uno de los versos recopilados de la "Zamba de Vargas" utiliza con
acierto la expresión "lanzas contra
fusiles" para definir la característica esencial que adoptó la
batalla. El propio Varela salvó su vida, luego de que su caballo cayera muerto
y fuera rescatado por la montonera Dolores Díaz, apodada la “la Tigra”. Al anochecer dio orden de
retirada con sólo 180 hombres de los 4.000 con que había llegado. En el campo
quedaron muertos 1200 montoneros y 200 nacionales. Antonino fue el brazo armado
del régimen.
Su hermano Manuel Taboada (1817-1872) fue gobernador de 1851
a 1871 y fue llamado por Domingo F. Sarmiento “el presidente del Norte”. El 10 de octubre de 1851, Manuel Taboada
comunicó a Juan Manuel de Rosas su ascensión al mando, repudiando el “funesto grito del loco traidor, salvaje
unitario Urquiza”.
Recibió las noticias del triunfo del general Urquiza en
Caseros y el mismo día sancionó la ley de reasunción “del poder conferido al opresor Juan Manuel de Rosas”, y reconoció “al Libertador de la República en la persona
del general en jefe del Ejército Aliado brigadier don Justo José de Urquiza”.
Otro hermano, Gaspar Taboada, financista, fue dueño de
comercios, estancias y barracas y sostuvo económicamente las luchas de sus
hermanos y la administración provincia. Tenían enormes extensiones de terrenos,
entre lo que estaba el llamado Potrero de los Taboada.
Publicado en Facebook por Patio santiagueño
Fotos: Antonino Taboada.
Bibliografía:
ALÉN LASCANO Luis C., “Los
Taboada”, en Todo es Historia n° 47, Buenos Aires, marzo 1971.
CASTRO PAZ, Aldo Marcos de, “La sangre real y santa de las
fundadoras religiosas argentinas”, enPublicaciones del Instituto de Estudios
Iberoamericanos, Buenos Aires, 1981, vol. II.
GONZÁLEZ DORIA, Fernando, Diccionario heráldico
y nobiliario de los reinos de España, Editorial Bitácora, Madrid, 1987.
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