Sebastián Sabater,
Director del Museo Municipal Rincón de Atacama, relató la historia de los
primeros habitantes del Departamento Río Hondo, y sobre su trágico cruce con
los conquistadores españoles.
Según cuenta Sabater, hace 6000 u 8000 años el hombre
prehistórico ingresaba a Río Hondo. Estos grupos, que eran minoritarios, se
desplazaban en pequeñas bandas siguiendo la caza de animales hoy extintos,
sustentándose además con la recolección de frutos y semillas del monte. No
estaban establecidos en moradas permanentes, sino que se desplazaban a medida
que se iba agotando el recurso.
Después aparecieron otras culturas del área andina, que
llegaron siguiendo el cauce del río dulce o bien la conexión Guasayán-Río Hondo
a través de los cerros. La cultura Las Mercedes se establece en el departamento
aproximadamente en el 450 de nuestra era. Eran individuos que practicaban la
agricultura, pesca y cacería en los montes circundantes, estableciéndose en
lugares permanentes. Esta fue una de las entidades que más se desarrolló en la
zona, siendo el área “Rincón de Atacama”
el establecimiento más antiguo de dicha cultura.
Más tarde aparecieron otros tipos de culturas, como la
Famabalasto, la Sunchituyoj, y la Averías; está última mantuvo estrecho
contacto con los conquistadores.
Durante el periodo colonial, los pueblos originarios de Río
Hondo eran los Tonocoté, llamados Juríes por los españoles (nombre que venía de
la palabra Suri, animal del que utilizaban las plumas para hacer su vestimenta).
Este grupo cultural desapareció como consecuencia de la actividad de los
colonos. Dicha etnia funcionaba como mano de obra calificada, ya que eran
grandes trabajadores y no belicosos, por lo que se los desarraigó y utilizó
para la molienda de minerales en Potosí y en las estancias y haciendas de la
región. Los pocos que quedaron se mestizaron con el español. Por esto no hay
comunidades puras de Tonocoté en Santiago del Estero.
De los demás grupos
étnicos se sabe que han estado, pero no hay escrito que lo testifiquen.
Sobre el mito de que el Imperio Incaico llegó hasta Santiago
del Estero, Sabater explicó que no es más que un recurso turístico que se ha
utilizado en nuestra ciudad, estableciendo la leyenda de que los Incas venían
desde el Perú para darse baños curativos en Las Termas, aunque esto tiene nulo
asidero histórico.
En cuanto al porqué del hablar quichua en la provincia, el
director comentó que los conquistadores encontraban de difícil pronunciación el
idioma Tonocoté (de origen mataco, de las amazonas), muy distinto a la legua
que los españoles aprendieron en los Andes. De esta forma, los colonos
decidieron enseñarles el quechua a los niños Tonocoté, para que sirvan de
puente comunicacional.
El museo en la
actualidad: necesidades y trabajos
Entre las mayores necesidades del museo, Sabater cuenta que
están a la espera de poder contar con un edificio nuevo. “Estamos en un espacio reducido que nos quedó chico, donde además la
escalera principal imposibilita la visita de gente mayor. Por eso estamos
trabajando en un proyecto con el intendente. Si Dios quiere y si las gestiones
se dan de manera rápida, podremos solucionar esto”.
A su vez, también relató que el museo tiene la
actividad permanente de búsqueda y rescate de materiales, sobre todo entre los
meses que van de septiembre a diciembre, época en la que el rio y el lago
bajan. “Tenemos el agravante de que con
la construcción del dique El Sauzal se van a negar 17 mil hectáreas, por las
que vamos a tener que armar un grupo de trabajo con la empresa encargada de su
construcción, y vamos a tener cinco años para extraer todo lo que podamos.
Después de esto probablemente la cola del embalse llegue hasta la ciudad, así
que vamos a quedar entre dos lagos y perderemos gran parte de los sitios donde
trabajar para rescatar nuestro patrimonio”, finalizó Sabater. Fuente: vocesderiohondo.com.ar
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