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26/11/14

Esteco II, “la ciudad perdida”: Arqueólogos de la UNLP hallaron en Salta una ciudad colonial enterrada a fines del siglo XVII

Una gran cantidad de mitos rodeaban la existencia de esta ciudad colonial que desapareció luego de un terremoto a fines del siglo XVII. Historiadores aseguran que una de las ciudades más prósperas del norte argentino, aunque algunos había llegó a asegurar que nunca había existido. Ahora, un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional de La Plata realizó encontró estructuras que permiten identificar la localización exacta del poblado. Aseguran que es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos 200 años.


Los estudios preliminares y las excavaciones fueron realizados por el equipo de expertos del etnólogo e investigador principal del CENEXA y del CONICET-UNLP, Alfredo Tomasini, en estrecha vinculación con la Dirección de Patrimonio Cultural de Santiago del Estero.

La historia de esta Esteco comienza en 1566, cuando el gobernador de Tucumán, Francisco de Aguirre, partió con un grupo de soldados para fundar Córdoba. Pero, en el camino, las tropas se sublevaron. Mandaron a Aguirre enjaulado a Charcas, en la actual Bolivia, y fundaron un poblado, aunque sin respetar las leyes de la época. Lo llamaron Cáceres, que era la procedencia de uno de los cabecillas de la revuelta.

Al año siguiente, la Audiencia de Charcas, mandó a refundar la ciudad, pero con todas las de la ley”, explicó tiempo atrás Tomasini que desde hace años está buscando las ruinas de la ciudad enterrada y agregó: “Le pusieron Nuestra Señora de Talavera, aunque siempre se la conoció como Esteco”.

Lo que comenzó como un caserío no tardó en crecer y se hizo ciudad. Pocos años después, Esteco tenía un hospital y tres iglesias. Incluso, el único cirujano de la gobernación de Tucumán vivía allí y también el que quizás haya sido el primer artista pintor que habitó nuestro país, llamado Rodrigo Sas.

Gran parte del progreso de Esteco se debió a su ubicación, a orillas del Salado. La Ciudad era paso obligado para todos los que iban desde el Norte hacia el Sur. Mientras, en sus tierras crecía maíz, trigo, cebada y legumbres. También había viñedos y algodonales. La principal fuerza de trabajo eran los indios encomendados a los españoles para ser convertidos a la fe cristiana, que en realidad eran tratados como esclavos.

Pero la naturaleza condenaría a la floreciente Esteco. El río Salado comenzó a retirarse y hubo que hacer una acequia, un canal por donde se conducen las aguas. Además, el suelo extremadamente salitroso dificultaba el mantenimiento de las paredes de las casas, que eran de adobe y se desmoronaban una y otra vez. Nuevamente eran los indios los que cargaban con la peor parte del trabajo. “La mortalidad de indígenas fue tan grande que desde España se emitió una cédula real, pidiendo explicaciones por el maltrato”, recordó el etnógrafo de la UNLP.

No se sabe con exactitud la razón, pero a fines del siglo XVI se decidió el traslado de Esteco a otro sitio. La nueva ciudad fue construida en 1609 y recibió la misma denominación. Como si se tratase de un maleficio, la nueva Esteco fue destruida por un terremoto ocurrido el 13 de septiembre de 1692 y enterrada para siempre.

El suceso que dio origen al culto del Señor y la Virgen del Milagro y se generó diversas leyendas entre los pobladores. Al tiempo los emplazamientos de estas ciudades se volvieron un misterio para los historiadores.

Podemos decir que encontramos esas ciudades, Esteco uno y Esteco dos, situadas en los departamentos salteños de Anta y Metán, a una diferencia de 80 kilómetros una de otra, y sobre una misma línea”, aseguró el director de Patrimonio Cultural de Santiago del Estero, Marcelo Ahumada, quien calificó el hecho como “el descubrimiento arqueológico colonial más importante de los últimos doscientos años”.

Se ha descubierto un fortín que tiene una pared de 3,10 metros de alto, de adobe, por 1,20, que es la pared oeste. Esto es muy importante porque hasta el momento todos los descubrimientos arqueológicos que se hicieron eran elementos; no estructuras arqueológicas. Lo que se ha descubierto son estructuras coloniales”, expresó Tomasini.

El gran misterio hablaba de que la maldad y la vileza de los habitantes que vivían en Esteco hacían que se profetice su destrucción. Y ocurre el terremoto el 13 de septiembre de 1692 que hace desaparecer Esteco. Y hasta ahora esa ciudad no existía, estaba desaparecida, tanto que hasta han llegado a negarla”, aseguró Ahumada.

Pese a que en las ruinas no queda un solo ladrillo en pie, quienes viven en la zona afirman que aún suenan las campanas de las iglesias y que, en ocasiones, todavía se escucha el canto de los gallos al amanecer”, aseguró Tomasini y agregó: “Todos coinciden en señalar que cuando se recorren las ruinas se oyen los ruidos de un perro que ladra y jadea, pero jamás se deja ver.”
Fuente: infoblancosobrenegro.com

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