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2/10/14

Santiago lamenta la muerte de "Morenito" Suárez



Yo quiero que todos me recuerden como un hombre que llevó en su sangre la tradición santiagueña, a la que defendí y llevé en mi corazón encendido por cuantos lugares he andado en este hermoso camino de cantarle a la tierra mía, Santiago del Estero”.

Ese era una de los deseos de Vicente Suárez, “Morenito” para todos, quien falleció anoche, a los 78 años, a las 20, en un centro médico de Santiago del Estero. Y con él se fue uno de los últimos exponentes del folclore tradicional de esa “amada tierra de mis mayores”, como también solía afirmar cada vez que le preguntaban de su querencia.

La vidala enmudeció con la partida de “Morenito”, ese hombre sencillo pero que con palabras sabias supo cantarle a lo que más amaba: su pueblo. Tanto con Los Tobas, agrupación a la que ingresó cuando tenía 21 años, como también con el Dúo Suárez-Palomo, aquella inolvidable dupla que conformó con su amigo Pedro Palomo.

A poco de conocida la noticia del deceso de este hombre nacido en Yacu Nioj, Brea Pozo, en el departamento San Martín, sus colegas, familiares y amigos se trasladaron, primero, al Instituto de Cardiología, donde estuvo internado, y luego en la sala velatoria.

Hombre que conocía el campo santiagueño, que mamó de sus mayores (su abuelo materno tocaba el arpa y la guitarra, al igual que sus tías abuelas) ese amor incondicional por el folclore tradicional, “Morenito” no solamente conquistó a los de su generación sino también a la juventud, a esos jóvenes que le llamaban “viejito piola” y que él les correspondía en el escenario bailando zambas, gatos y chacareras.

Sin metáforas en sus composiciones, “Morenito” interpretó el sentimiento del hombre simple, además de hablar de la cotidianeidad del santiagueño del interior. Su voz montaraz, su poncho al viento (no es un descubrimiento de Soledad Pastorutti) y su presencia en el escenario sin mayores presentaciones convirtieron a “Morenito” en un artista respetado por sus colegas y por esa inmensa mayoría de gente que enamoró con su forma de ser.

La vidala, ese canto plañidero pero decidor de cosas profundas, era la esencia de su obra, la razón de vivir, esa razón que lo expresó junto con Leandro “Meneco” Taboada, Carlos Báez, Mario Ledesma y Pedro Palomo en la formación de Los Tobas y cuando se escindió de este conjunto para caminar acompañado con Palomo como el Dúo Santiagueño. Fuente: elliberal.com.ar

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