La provincia de Santiago del Estero exhibe como su principal
atractivo turístico las Termas de Río Hondo, famosas a nivel internacional por
ser uno de los más completos centros de spa de Sudamérica. Sin embargo, hay dos
cuestiones más que caracterizan a estas tierras: las típicas siestas que siguen
a los almuerzos y la amabilidad de su gente.
En tanto, como sede de la gesta de emancipación que libró al
país del dominio español, conserva entre sus raíces tradiciones, mitos y
leyendas que se transmitieron de una generación a otra. Y es que unos 400
kilómetros de esta provincia santiagueña fueron hace cinco siglos nodo
comunicacional, religioso y político del denominado Camino Real que unía el
Alto Perú con el puerto de Buenos Aires.
Un proyecto turístico puesto en marcha recientemente apunta
a revalorizar todo ese patrimonio regional y propone una travesía a través de
los denominados Pueblos de Indios. El itinerario recorre antiguas capillas;
ferias artesanales; monumentos; cosechas a la vera de la ruta; y sitios
arqueológicos.
Según Alicia Montenegro, integrante del programa Desarrollo
Turístico Estratégico Sustentable y Participativo de la Subsecretaría de
Turismo provincial, “la recuperación del
sentido histórico de la antigua ruta colonial pone su objetivo en los pueblos,
sus costumbres y las vidas que han quedado invisibilizadas con el desarrollo y
la modernidad”.
“Hoy es tiempo de
recuperar este tesoro que tenemos desde una práctica responsable y respetuosa,
que promueva la interacción y comunicación, con posibilidades de mejorar la
calidad de vida de su gente”, agregó. El objetivo es que, sin alterar la
vida diaria de los pueblos, el turismo se acerque para compartir relatos,
quehaceres y tradiciones que aún conjugan el pasado colonial con ritos paganos.
El recorrido
La gran extensión del territorio que conforma el Camino
Real, obligó a los impulsores del proyecto de recuperación de la idiosincrasia
local a dividirlo en etapas y la primera de ellas se ubica a escasos 27
kilómetros de la capital provincial-la más antigua de la Argentina- y se
extiende hasta la localidad de Loreto.
El circuito incluye pueblitos como San Pedro, Manogasta,
Tuama, Villa Silípica y Sumamao, con una cantidad variable de habitantes entre
800 y 1500. En cada uno de ellos, el viajero encuentra producciones netamente
artesanales, mantienen la tradición de pasear en sulky y nunca falta alguna
chacarera o baile tradicional, perteneciente al género folclórico.
Pasado, presente y
futuro
Desde la ciudad de Santiago del Estero, una de las primeras
paradas lleva al viajero hasta elMuseo Ashpap Rimainyn de San Pedro, que en
lengua quichua significa “Voz de la tierra”. Un emprendimiento atendido por los
pobladores de esa comunidad, en el que se resguardan piezas de gran valor
arqueológico como puntas de flechas, vasijas y una rueda de quebracho de un
centenario carruaje.
Apenas dos kilómetros más al sur, el atractivo ineludible de
este circuito cultural por el antiguo Camino Real es la Feria de Upianita, uno
de los centros de actividades más importantes de la región. Un espacio
levantado sobre calles aún de tierra, hasta donde llegan productores y
artesanos de la zona para comercializar sus productos naturales.
Entre las delicias gastronómicas que allí se ofrecen abundan
las carnes asadas de cabritos y lechones, así como otras especialidades
típicas, entre empanadas, locros, pasteles de charqui, chipacos y roscas
calientes. En los puestos, se adquieren alimentos regionales como la algarroba,
el mistol, la tuna y los ajíes del monte. Además, hay trabajos en cuero, metal,
madera y lana.
La muestra abre todos los sábados, entre las 11 y las 19, y
funciona no sólo como atractivo turístico sino también como punto de encuentro
para los pobladores de la región. En el sitio se ofrecen paseos en sulky y hay
un Parque Temático denominado Upianita: Escultura, Naturaleza y Leyendas, donde
se recrean relatos populares y se aprecia la Exposición de Cruces.
Rastros del pasado
El trayecto continúa hacia el sur de la provincia de
Santiago del Estero y atraviesa cultivos de alfalfa, huertas familiares y
ganado en la pastura. El siguiente destino en el itinerario lleva al viajero
hasta Manogasta, en el que aún se conserva un enorme algarrobo en el centro del
camino. Según la leyenda, fue en ese árbol donde descansara el general San
Martín, a quien se dedica un monumento en la puerta de la capilla Santa
Bárbara.
Tuama, es uno de los centros sociales, políticos y
económicos más importantes durante la Conquista, en el que se encontraron
expedicionarios de Chile y Perú. Más adelante, está Villa Silípica guardada en
el recuerdo como refugio del “indomable cacique Chanamba”. Es uno de los sitios
que ostenta más años en la provincia, y conserva tradiciones como la
fabricación de erkes, instrumentos clave en cada procesión lugareña.
Finalmente, Sumamao fue una de las administraciones directas
del Gobierno, que en 1816 decidió arrendarse para compensar gastos de
representación del Cabildo de Santiago en el Congreso Nacional. Como recuerdos
de la historia quedan los restos de un molino harinero y la Capilla de la
Virgen de las Mercedes, con un campanario sostenido por horcones de quebracho.
Por fuera del
circuito
Como adicionales cercanos al viejo Camino Real, se suman
hacia el sur poblados como Atamisque, cuna de reconocidas teleras y sede de la
Fundación Música Esperanza, creada por Miguel Estrella para difundir y promover
la música folklórica. Allí nació Elpidio Herrera, uno de los personajes
santiagueños más populares de la música folclórica provincial y creador de la
sacha guitarra, un instrumento único en el mundo que él mismo ejecuta. Fuente: Perfil
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