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28/11/13

Patrocinio Diaz (1905 – 16 de enero de 1969)

Considerar a esta intérprete santiagueña como tanguera es un despropósito, sólo se permite por el hecho de haber grabado con la orquesta de Filiberto tres tangos y una milonga: “El pañuelito”, “Clavel del aire”, “La canción” y “Porteñita”, de Raúl Fernández Siro y José Cánepa. El resto de sus registros fonográficos fueron canciones nativas, temas folclóricos.

Fue una delicada cancionista, una “estilista”, como la calificó en varias oportunidades el mismo Filiberto. El escritor Ricardo Güiraldes —autor del libro “Don Segundo Sombra”—, una verdadera pintura de época sobre el campo y sus personajes, dijo sobre ella: “Para mí fue la más grande folclorista criolla que he escuchado”.

Por el año 1937, la revista "Radiolandia" la entrevistó: «Nací en la propia capital de la provincia, en una casa de la calle Belgrano. Al fondo había una planta de tunas y un algarrobo centenario. Tengo ascendencia muy argentina, hasta mis abuelos lo eran. Me eduqué en el colegio de Belén, de hermanas, y una monjita me enseñó canciones litúrgicas, luego ella se quedaba horas escuchándome. ¿No se cansa? —le pregunté un día. Y me contestó que las canciones de Dios cantadas por un ángel no podían cansarla. Ya más grande estudié solfeo y piano, mi profesor era Manuel Gómez Carrillo, un alma grande. Después volví a la música para aprender guitarra, ya en tiempos de Chazarreta.

Me inicié con el canto lírico. Actué en festivales de aficionados dirigidos por profesionales que se encontraban eventualmente en Santiago. Bajo la dirección de José Osés interpreté la opereta “De Madrid a París”. Luego, con la colaboración del maestro Paride Grandi, hicimos “La Geisha” y más tarde nos atrevimos con “Cavallaria rusticana”, yo hice de Lola. Pero defraudé a todos, porque me pedían que siguiera con el canto lírico y las circunstancias me arrimaron a Chazarreta. Muy pronto intervine en un festival por él organizado e interpreté varias canciones populares. Fue cuando Don Andrés me propuso formar parte del conjunto con el que viajaría a Buenos Aires.»

Cuando llegamos, para nuestra sorpresa, ningún empresario nos quería contratar, no podían concebir que pudiera interesar un conjunto proveniente de mi provincia. Humberto Cairo, importante hombre de teatro, nos rechazó. Pero medió Joaquín de Vedia y así pudimos debutar en el Teatro Politeama, el 18 de marzo de 1921. Toda la actuación fue envuelta en una ola de aplausos. Por supuesto estaban todos los coprovincianos presentes, pero también personalidades de la intelectualidad porteña. Lo primero que canté fue “La vidala del santiagueño”. Cuando terminó la función todos querían saludarme. La prensa se ocupó de nosotros y en el diario La Nación, el prestigioso Ricardo Rojas escribió: «Era el coro de la selva y las montañas”, y de mí: “Cuando inició el canto hizo temblar el corazón argentino”. También fue parte de su repertorio la popular zamba, “La López Pereyra”.

«Todas nuestra canciones fueron de inmediata repercusión y pasaron a integrar diversos repertorios. Fuimos la primera compañía de arte popular argentino que actuó en el Teatro Colón. Luego pasamos al Teatro Solís de Montevideo, donde no sabían nada del repertorio que llevábamos. Los bailarines llamaron la atención. Recuerdo que en el debut después de cantar, un espectador me gritó: “Cantás lindo gaucha de manos negras”, se refería al color oscuro de mi piel... claro. Al día siguiente en un diario tomaron esa frase y salió publicado: “Es la primera vez que llega a nuestro teatro una criolla legítima de la patria hermana. Una gaucha de manos negras.

Después de una gira por el interior, Patrocinio se separó de Chazarreta y no actuó por tres años. Fue cuando se casó con el empresario teatral Juan T. Mauri, —que estaba asociado con Chazarreta— y tuvieron un hijo a quien llamaron Ángel, quien a los tres años salió a escena durante las actuaciones de su madre, para bailar malambo.

Fue en 1930, cuando se estableció definitivamente en Buenos Aires. Su nombre real era Patrocinio, pero en su provincia se hacía llamar Patrocinia, los medios de nuestra Capital no siguieron esa decisión y quedó como corresponde, pese a ello en la etiqueta de uno de sus discos figura con a final.

Tenía opiniones propias sobre la música popular y, con referencia al tango, dijo que lo consideraba pero era un fruto regional porteño. Para ella, la canción nacional había que buscarla en el folclore, en la vidala, por ser la que en esencia refleja el espíritu nacional.

Prosigue diciendo en la entrevista: “Para el retorno preparamos con mi esposo una gran compañía de arte americano. Colaboró el pintor Alfredo Guido, autor de bocetos y decorados. Seleccionamos bailarines, cantores y músicos de Santiago y, sobre la base de un plan orgánico que encerraba las distintas manifestaciones del cancionero del norte, hicimos un espectáculo completo. El debut también fue en el Politeama. Fue un éxito artístico, pero no económico. Queríamos llegar a Europa, no pudimos.”

“Retorné a Buenos Aires en 1927 para actuar en los espectáculos inaugurales del cine París, allí participaba Filiberto con su conjunto.” En oportunidad de un reportaje al músico, este manifestó con respecto a la primera función: “Estuvo en la platea el Presidente Alvear y el Intendente de la ciudad, yo actué con mi conjunto de arte nativo y con Patrocinio Díaz, maravillosa estilista y con Julia Puigdéngolas, inimitable bailarina de danzas autóctonas.”

Y sigue Patrocinio: “Filiberto era la voz de la pampa y de la ciudad y yo, la voz del norte argentino. Allí por primera vez canté canciones porteñas. Luego tuve muchas actuaciones, hasta que de pronto me encuentro en la radio donde descubro la definitiva labor de mi vida. Debuté en Splendid, donde estuve un año. Después Radio Prieto, donde estuve un año y medio. Luego y hasta el presente (1937) en Radio Belgrano que me brindó mucho. Intervine en la primera transmisión realizada para Europa junto a Enrique Delfino, Canaro, Ada Falcón y otros. En Belgrano integré el elenco para la primera transmisión en directo para Brasil.”

Hoy tengo amistad y me visito periódicamente con Santiago Rocca, Delfino, Gómez Carrillo, Homero Manzi. Y Filiberto se me enoja si paso una semana sin compartir un rato con él.”

Si me preguntan por la mejor cancionista de folclore, respondo sin dudar Marta de los Ríos, porque interpreta lo norteño con gran propiedad y sencillez. El folclore hay que conservarlo en estado puro, sin detener el progreso. Hay que progresar madurando. Somos un país nuevo, pero tenemos una tradición musical con más años que la Patria misma. Lo norteño tiene siglos. Yo no soy amiga de la estilización, pero los que estilizan deben aclarar que escriben creando para evitar deformaciones. En eso, estimo que hay que seguir la medida de pulcritud que persigue el compositor Sebastián Piana.”

En 1937, fue elegida la mejor folclorista argentina, en un teatro colmado de público. En 1938 decidió incluir en su repertorio canciones nativas de los países de Latinoamérica.


En el cine su imagen quedó plasmada en el film “Juan Moreira”, estrenado el 7 de septiembre de 1936, dirigido por Nelo Cosimi, donde intervinieron los cantores Alberto Gómez, Néstor Feria y Antonio Podestá. Fuente:  www.todotango.com/

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola, tengo dos cuadros pintados sobre madera por Patrocinio Diaz son dos hermosos cuadros de 1935, artista muy completo.