El Clima en Santiago del Estero

19/3/09

CUENTO: Urpila


No hay mejor manera de confirmar la vida, a la vez de excluir por algunos instantes las declaradas ausencias, que la de mirar a los pájaros. El diálogo de dos urpilas coquetas sobre la tierra seca es para mí una maravilla de la existencia, una belleza enaltecida, escenificación en gris de la ternura.

Los pájaros cambian de tono su plumaje y el trino de su candor según las provincias o regiones del norte argentino.

La urpilita santiagueña estuvo aquí desde el comienzo, inevitablemente color gris claro, de plumaje lisito y muy lisito.

Palomita dulce, paseandera entre los árboles caídos, emite un sonido que es su canto, también gris, que es como la metáfora de la soledad cuando el sol decide no dormir.
En la memoria de mis ojos siempre presente, están dos urpilas coquetas sobre la tierra seca, una ha pegado un saltito para sortear un charco azul, la otrita en cambio, se ha quedado mirándome, para darle una siesta de caricias al olvido del amor. Y la siesta entonces dura para siempre y para más después.

Jorge Rosenberg.-

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